La sala
Leopoldo Lugones del Teatro San Martín anuncia el ciclo "No reconciliados: el
cine de Želimir Žilnik", que se llevará a cabo desde el próximo
miércoles 21 de marzo al domingo 8 de abril. Podrán verse 21 films
inéditos (entre cortos y largometrajes) en Buenos Aires de este
cineasta serbio a quien muchos descubrimos gracias a una
retrospectiva de su obra exhibida en el último Festival de Cine de
Mar del Plata, en cuya cobertura escribí esta reseña:
Es
probable que la denominada “Ola Negra” del cine yugoslavo sea la
menos difundida dentro de las celebradas nuevas cinematografías de
Europa del este surgidas en los años '60 y '70. Y eso tal vez se
deba, como sugiere el crítico Rubén Redondo, a “lo excesivo de
una atmósfera corrosiva, surrealista, depravada” que presentan
ciertas películas de esta generación de jóvenes realizadores
balcánicos que se sumaron al fervor combativo atizado por Mayo de
'68. La descripción del crítico calza perfecto con Early Works,
singular ópera prima de Želimir Žilnik , director serbio aquí
prácticamente desconocido al que el Festival de Cine de Mar del
Plata le dedicó una amplia retrospectiva. Tras recibir el León de
Oro en la Berlinale de 1969, Early Works llamó la atención
internacional sobre esta nueva camada de cineastas que Žilnik
integraba junto a Dušan Makavejev, Živojin Pavlović y Aleksandar
Petrovic, entre otros. Lo curioso del término Ola Negra es que, como
explica Jurica Pavičić, “fue acuñado inicialmente por los
censores de cine yugoslavos pero acabó erigiéndose en auténtico
movimiento de oposición cultural al régimen de Tito. El movimiento
recibió el nombre de 'ola negra' tanto por su opacidad narrativa
como por su pesimismo con respecto a la política oficial.”
Early
Works es oscurísima, sí, pero ante todo es muy audaz, especialmente
en su pintura feroz de la militancia, representada aquí por un
grupo de jóvenes tan enérgicos como desorientados.
Guiados por la premisa “Paremos de hablar y empecemos la acción”,
cuatro estudiantes -una mujer y tres varones- un día abandonan sus
casas y salen en un recorrido que incluye entrenamiento
guerrillero, sexo, fogones, visitas a fábricas, teatro, errancias varias y hasta una charla sobre anticoncepción para
campesinas. El personaje de la chica se llama
Jugoslava, y si bien la lectura metafórica permite justificar ciertos hechos incomprensibles que ocurren en la historia, creo que un logro
importante de Žilnik fue evitar que el relato sucumbiera ante el servilismo de la alegoría.
“Nuestro
acercamiento al pueblo fue abstractamente humanista”, dice alguien
por allí, una de las tantas frases que atraviesan la banda sonora de
la película. Más allá de la premisa inicial que reclamaba más
práctica y menos discurso, los personajes nunca dejan de hablar y
remover el ideario del marxismo clásico (el título del film remite,
justamente, a las obras tempranas de Marx y Engels). Sin embargo, los
protagonistas desconciertan porque no discuten. No conectan realmente. Lo que
escuchamos es una sucesión de consignas políticas que se lanzan de
forma aleatoria y mecánica, y nunca terminamos de saber si son convicciones o ironías, o ambas cosas a la
vez. La puesta en escena somete al espectador a un permanente -y
fascinante- esfuerzo de discernimiento ante cada nueva acción: ¿se
nos está invitando a hundirnos en la desolación de la derrota, o quizás a
liberarnos por el camino de una sátira solapada? Una impresión
apresurada podría señalar que se trata de una película cínica, si
no fuera porque en su extensa obra el director demostraría un
inalterable compromiso con la causa socialista. Los jóvenes de esta
historia están claramente enajenados, atrapados en el insalvable
bache que separa la teoría de la realidad. Sin embargo, Žilnik los
hace hablar porque sabe que las palabras resultan imprescindibles en
la lucha política, aunque eso implique decirlas y repetirlas hasta
romperlas, hasta entender que ya es hora de trabajar a destajo para
encontrar otras palabras, más lúcidas y efectivas.
Dentro
del ciclo que se desarrollará en la Lugones, Early Works (Primeros
Trabajos) se proyectará el jueves 22 de marzo y el domingo 8 de
abril. También recomiendo la película Pirika en el cine (2013), centrada en un personaje absolutamente entrañable. Žilnik conoció a Pirika Capko a fines de los '60, cuando
ella era una adolescente. La incluyó en su cortometraje Pequeños
pioneros y luego le dio un breve papel en su ópera prima. Después de 45 años, el
realizador volvió a encontrarse con ella y decidió
retratarla en este documental que muestra a Pirika en su presente como
madre, como abuela y como ciudadana. Esta película se exhibirá el
viernes 6 de abril.
El
detalle de la programación, con los días y horarios de las funciones, puede consultarse en el sitio del teatro.
Las localidades podrán adquirirse personalmente, el día de la función, en las boleterías ubicadas en el Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530). El precio de las localidades es de 40 pesos (20 para estudiantes y jubilados).
Las localidades podrán adquirirse personalmente, el día de la función, en las boleterías ubicadas en el Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530). El precio de las localidades es de 40 pesos (20 para estudiantes y jubilados).
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