viernes, 30 de junio de 2017

Primera edición del festival FICSUR

Mañana, sábado 1° de julio, comienza la primera edición del Festival Internacional de Cine de los Países del Sur del Mundo, festival anfitrión de la Cinematografía mundial con eje en el Sur, es decir, América Latina, África y Oceanía. Los organizadores aspiran a que FICSUR sea “un ejemplo estratégico que pone a la cultura, herramienta fundamental en la construcción de la identidad, como eje de esta integración, en un encuentro internacional de cooperación, intercambio y ventana al mundo.”

De este modo, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela, Uruguay, Australia, Nueva Zelandia, Egipto, Argelia y otros países convocados, serán los protagonistas de esta muestra, que incluirá diferentes secciones, competitivas y no competitivas, además de actividades y charlas con realizadores, productores, historiadores y críticos de cine. Este domingo habrá una entrevista pública con la actriz brasileña Sonia Braga, invitada exclusiva y madrina del festival.

La directora de la muestra es la realizadora argentina Paula de Luque y los programadores son Paula Félix-Didier, Bernabé Demosi y Leandro Listorti. En esta primera edición, FICSUR tendrá un foco especial dedicado al “Cine y moda”, entendida como “usos y costumbres, modos, valores y tendencias, tanto estéticas como éticas, que aparecen representados en el cine y la cultura de cada país.”

Hay de todo en este festival. En primer lugar, es una gran oportunidad para conocer nuevas obras de cinematografías América Latina a las que resulta difícil acceder de otra manera. Por otro lado, quienes se hayan perdido algunas de las mejores películas argentinas del último tiempo, podrán verlas aquí: El otro hermano, La luz incidente, Como funcionan casi todas las cosas, Refugiado y Mi amiga del parque, entre otras. Más allá de las películas recién mencionadas y de otros estrenos que parecen muy interesantes, recomiendo los siguientes títulos programados: Las vidas posibles, de Sandra Gugliotta, La terraza, de Leopoldo Torre Nilsson, Los fragmentos, de Sylvian George, Apuntes sobre ciudades y vestimentas, de Wim Wenders, y la compilación “Cine publicitario argentino”.

SEDES
UMET (Sarmiento 2037)
CINE.AR Gaumont (Av. Rivadavia 1635)
MALBA (Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415)
Alianza Francesa (Av. Cordoba 946)
Museo Nacional de la Historia del Traje (Chile 832)

La entrada en todas las sedes es gratuita, salvo en el Malba, en donde cobran 60 pesos (30 para jubilados y estudiantes). Para más información sugiero visitar el muy completo sitio del FICSUR, en donde podrán descargar el catálogo y la grilla de programación.

martes, 20 de junio de 2017

Domicilio desconocido, de Kim Ki-duk*


Texto publicado en marzo de 2009.

Cada tanto, muy esporádicamente, ocurre un pequeño milagro. Hacemos un paneo sin fe por las bateas del videoclub y de repente avistamos ese preciado título del que escuchamos hablar mil veces pero que resultaba inhallable. Pues sí, es cierto: se editó en DVD Domicilio desconocido, uno de los trabajos más notables de Kim Ki-duk, el director surcoreano que comenzó a resonar en el público local a partir de 2004 con el estreno de Primavera, verano, otoño, invierno… y otra vez primavera. Muchos lo asociarán también con Hierro-3 o El arco, que son muy buenas pero no dejan de ser productos preciosistas que el realizador concibió cuando ya era una figura solicitada por los festivales internacionales. El ímpetu genuino de su mejor cine -bucólico, brutal, imprevisible- hay que rastrearlo en la primera década de su carrera, en obras como La isla (2000), Bad guy (2002) y la que nos ocupa, que fue rodada en 2001 y es hasta hoy su película más contundente desde el plano político.

Ambientado en los años ’70, el film cruza los caminos de tres jóvenes que sobreviven en medio de la miseria y la alienación en un pueblo rural de Corea del Sur. Cercados por una base militar norteamericana en plena Guerra Fría, los protagonistas deben luchar contra sus instintos básicos en una comunidad desquiciada que perdió todo sentido de la identidad cultural. Ya en la secuencia de apertura, en la que un chico fabrica una pistola de madera con los restos de una caja de municiones del ejército, la película establece su categórica tesis: no hay noción de humanidad capaz de arraigarse en una sociedad organizada para la violencia.


Domicilio desconocido es un drama seco, desolador, de una crueldad por momentos insoportable. Si bien el relato se ubica en un espacio y un tiempo concretos, los personajes parecen deambular por un paisaje posthistórico, como si el apocalipsis ya hubiera tenido lugar, borrando del mapa hasta la más ínfima posibilidad de alegría. Fugarse hacia la demencia se convierte entonces en una opción natural, casi inevitable. Sin el humor negro al que suele apelar para templar sus ficciones, en este film el realizador decidió explorar por primera vez las raíces profundas de la locura social. Los hechos transcurren en una atmósfera enrarecida, con una puesta en escena que parte del realismo sucio para coquetear continuamente con los límites de la abstracción poética.

El cine de Kim siempre es incómodo. Para dar un breve panorama, digamos que en esta historia hay un muchacho que golpea sin piedad a su madre, varios perros carneados y asados para el almuerzo, y diversos elementos punzantes que atraviesan los ojos de los personajes. Aunque así planteado el cuadro es poco tentador, resulta tan arrolladora la potencia plástica con la que el director construye su estilo, tan original y consistente es su mirada, que uno termina seducido por las criaturas pasionales y temibles que habitan ese mundo infernal. Un manojo de dulzura y horror atrapado en un callejón sin salida: eso es el hombre para Kim Ki-duk.


 Domicilio desconocido
(Suchwiin bulmyeong - Corea del Sur, 2001)
Dirección: Kim Ki-duk
Estreno en DVD, editado por Transeuropa



*Artículo publicado previamente en el diario Crítica (13-03-09).

martes, 13 de junio de 2017

La cicatriz de Paulina, de Manuel Legarda

Paulina es una mujer que a la vez es todas las mujeres. Su cicatriz es la firma que deja el Imperio con su poco disimulada voluntad de extinguir a un pueblo que representa un escollo para el próximo saqueo. El ultraje tuvo el aval del gobierno, si bien se implementó a través de un eufemismo conocido como “Planificación Familiar”. En 1996 Alberto Fujimori declaró en el Congreso que era necesario empezar a controlar la natalidad en Perú, razón por la cual lanzó una campaña para educar a la población -campesina, sobre todo- en cuestiones de anticoncepción y salud reproductiva. Pero no había tiempo para educar en serio ni para la concientización a largo plazo. Había que esterilizar a las mujeres lo más pronto posible con el método más práctico: la ligadura de trompas. Los médicos tenían que cumplir los objetivos que pedía el Estado. Más de 250 mil mujeres fueron operadas sin ser suficientemente informadas sobre lo que significaba esa intervención y cuáles serían las consecuencias. En muchos casos ellas y sus maridos fueron directamente perseguidos e incluso sobornados con “futuros beneficios” (alimentos, ropa, juguetes para los chicos) que por supuesto eran pura mentira. Los hombres también tuvieron su “Festival de la Vasectomía”. Sí, leyeron bien.

Poco o nulo cuidado se ponía en las cirugías, porque lo importante era liquidar el trámite con rapidez y en cantidad, aunque en algún caso olvidaran una gasa dentro del útero, o aunque a las pacientes les aplicaran un tipo de anestesia sólo indicada para uso veterinario. Muchas mujeres murieron. Otras enfermaron, contrajeron alergias, hemorragias, llegaron al cáncer. Mientras tanto, en algún lugar de Lima, vemos cómo ciertos señores de traje caro y señoras con vestidos dorados beben champagne en la inauguración de una imponente clínica del Jockey Club. Una chica canta algo de los Beatles animando la fiesta. Ella es rubia, muy muy rubia y de ojos claros. Que quede claro que se trata de otra etnia.

El documental describe cómo se ejecutó este programa de esterilización que contó con el apoyo político y económico de las Naciones Unidas y de la Agencia Internacional para el Desarrollo de EE.UU. Manuel Legarda evita la locución en off y permite que sean los protagonistas quienes expliquen el problema, otorgando mayor espacio a las víctimas y a aquellos que investigaron el caso. Por momentos da la impresión de que en el relato faltan ciertas precisiones, sobre todo a nivel científico, ya que la “campana” de los profesionales responsables aparece demasiado borrosa; pero al mismo tiempo, el realizador sabe que la clave aquí es el cuerpo de las madres lastimadas. Ellas sufren. Necesitan remedios que no pueden comprar y, aun con enormes dolores, tienen que ir a trabajar para traer el pan a casa. Por eso entregan tanto los primerísimos primeros planos de los rostros femeninos: no hay verdad más grande que esos ojos desesperados.

Quisiera señalar un hallazgo que llega al final, cuando ya corren los créditos y sólo se escucha una voz perdida por ahí. Es una de las madres entrevistadas en el film, una mujer que vive en la absoluta marginación, a quien han despojado de todo, incluso violando su cuerpo, el cuerpo por el que ahora llora y reclama. Ella confiesa que ante la carencia de dinero pensó en la posibilidad de "vender un riñón", pero su médico le dijo que no, que sería una injusticia después de todo lo que le había pasado. Siniestra paradoja. Dado que estamos frente a un cuerpo colonizado, mejor será cotizarlo por piezas. Es probable que ella ya se considere íntimamente muerta.

Este texto fue publicado hace unos años en el marco de la edición 2011 del Festival Internacional de Cine Político (FICIP), en donde se exhibió La cicatriz de Paulina. Hoy el documental puede verse en YouTube.

domingo, 4 de junio de 2017

Ficción y creación


Por Don DeLillo*

"La ficción es diferente porque puede explorar cómo los hechos históricos afectan la vida interior de las personas. La ficción crea un lenguaje para la vida interior y un novelista puede rastrear cómo los personajes se sienten ante un acontecimiento importante, sus sentimientos de pérdida y de dolor, sus frustraciones e incluso sus sueños. Son temas que a los periodistas o a los historiadores les costaría mucho explorar. Entonces, de una curiosa manera, la ficción no es más verdadera ni honesta que el periodismo o la historia, pero entra en lo desconocido de un modo que está cerrado para otros géneros."

*Fragmento de una entrevista publicada en la revista "ADN Cultura", del diario La Nación (23/02/2008). Ir al texto completo.

La imagen pertenece al film Cosmopolis, de David Cronenberg, basado en la novela homónima de DeLillo.

jueves, 1 de junio de 2017

Ciclo de Preestrenos en el Colegio de Abogados, con entrada gratuita

El Museo del Cine continúa con su ciclo de Preestrenos en el Colegio Público de Abogados (Av. Corrientes 1441). Con entrada libre y gratuita, esta actividad -que se desarrolla durante todo el año- le permite al cinéfilo porteño acceder a material inédito en las pantallas argentinas, exhibido en una sala con excelente calidad de imagen y sonido.

Todas las funciones se realizan los viernes a las 20 hs. Estas son las películas programadas para las próximas semanas:

Viernes 2 de junio:
Los Ganadores (Argentina, 2016, 78')
Dirección: Néstor Frenkel

Viernes 9:
Bagdad Café (Alemania, 1987, 108')
Dirección: Percy Adlon
Función Especial, celebrando los 30 años de su estreno (Gentileza del Goethe - Institut).

Viernes 16:
La muerte de Marga Maier (Argentina-Brasil, 2016, 95')
Dirección: Camila Toker

Viernes 23:
La Scelta (Italia, 2015, 86')
Dirección: Michele Plácido

Viernes 30:
Un suelo lejano (Argentina, Paraguay, 2016, 93')
Dirección: Gabriel Muro

Viernes 7 de Julio:
Lantec Chaná (Argentina, 2017, 61')
Dirección: Marina Zeising

Viernes 14:
El portón de los sueños  (Paraguay, 1998, 87')
Dirección: Hugo Gamarra Etcheverry
Función Especial - Centenario de Augusto Roa Bastos (1917-2005)

La cita es en salón auditorio del Colegio Público de Abogados (Corrientes 1441, 1º piso). La entrada es gratuita.