domingo, 6 de diciembre de 2015
"Como si acabara de aprender a sonreír..."
- ¿Cómo es que vives sola? -le preguntó la mujer, y antes de darse cuenta Therese ya le había contado su vida.
Pero sin caer en aburridos detalles. En seis frases, como si le importase tan poco como una historia que hubiera leído en alguna parte. ¿Y qué importaban los hechos despues de todo? ¿Qué importaba si su madre era francesa, inglesa o húngara, o si su padre había sido un pintor irlandés o un abogado checo, si había tenido éxito o no, o si su madre la había presentado al colegio de la Orden de Santa Margarita como una criatura difícil y llorona, o como una niña de ocho años igualmente difícil y melancólica? ¿Qué importaba si había sido feliz allí? Porque en ese momento era feliz, su vida empezaba aquel día. No necesitaba padres ni pasado.
- ¿Hay algo más aburrido que la historia del pasado? -dijo Therese sonriendo.
- Quizá un futuro sin historia.
Therese no se paró a pensarlo. Era verdad. Todavía sonreía, como si acabara de aprender a sonreír y no supiera cómo parar.
Patricia Highsmith
(Fragmento de su novela “Carol”)
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