PODIO: 1 - Mia madre,de Nanni Moretti 2 - Ave Fénix (Phoenix), de Christian Petzold 3 - Truman, de Cesc Gay
Las películas que siguen no tienen necesariamente orden de preferencia: 4 - El acto en cuestión, de Alejandro Agresti 5 - Se levanta el viento (Kaze tachinu), de Hayao Miyazaki 6 - Puente de espías (Bridge of spies), de Steven Spielberg 7 - Taxi, de Jafar Panahi 8 - 3 corazones (3 coeurs), de Benoît Jacquot 9 - Siempre Alice (Still Alice), de Richard Glatzer y Wash Westmoreland 10 - Dos días, una noche (Deux jours, une nuit), de Jean-Pierre y Luc Dardenne 11 - Te sigue (It follows), de David Robert Mitchell 12 - La sombra, de Javier Olivera 13 - La maestra del jardín (Haganenet), de Navad Lapid 14 - Whiplash, de Damien Chazelle 15 - Misión rescate (The Martian), de Ridley Scott
Y sí, otra vez, la lista de fin de año, una selección mucho más azarosa de lo que me gustaría, ya que muchas veces uno no llega a ver todo lo que desea (este año me resultó particularmente difícil seguir el ritmo de los estrenos). Y además sé que es una lista quizás injusta. Porque ahora me pregunto, por ejemplo, por qué no incluí La patota, de Santiago Mitre: es fallida, pero creo que es la película que más discutí y que más me gustó pensar durante este año. En fin... digamos que varios títulos de la lista podrían cambiarse por otros en futuras consideraciones. Salvo el podio: mi corazón está ahí.
"El mal, mucho más que el bien, está basado en lo visual. Cuando uno trata de describir la bondad es difícil crear buenas imágenes. Lo que es visiblemente bueno se vuelve fácilmente banal. Dejas que un rayo de sol incida sobre una persona o situación y lo único que consigues es una imagen trivial y patética."
Lars von Trier
(Citado por Jack Stevenson en su libro Lars von Trier - Ed. Paidós). En la imagen: la flamante versión del Macbeth de Shakespeare dirigida por Justin Kurzel, película irregular aunque con los suficientes atractivos como para ofrecer una buena experiencia (si tienen la posibilidad de verla en sala, háganlo).
The Gift es una película de suspenso,
inquietante y entretenida como ésas que solíamos alquilar en VHS
en los '90, quizás parecida a muchas pero igualmente efectiva y
disfrutable. Ya casi no se hacen películas así. Filmpreciso,
compacto, con actores convencidos del cuento que están contando, con
un guión que sólo impone los pliegues mínimos exigidos por el
género, sin mayores pretensiones. El australiano Joel Edgerton,
además de ser uno de losprotagonistas, debuta aquí como
realizador y nos permite recuperar esa encantadora fruición
primigenia que tan biendefinió alguna vez el crítico Eduardo Russo: “el espectador
de género, de algún modo, es aquel que antes de ver un film sabe
buena parte de lo que puede pasar en la pantalla, y que acepta el
desafío de sorprenderse con el resto”. Pero ninguna película se
sostiene sin ideas. Ideas sobre el mundo y sobre el lenguaje del
cine. Joel Edgerton las tiene y sabe comunicarlas con solvencia y
discreción. (Consejo: vean la película sin averiguar ni leer nada más a partir de acá).
La imagen que acompaña este post es
una prueba de todo lo que puede sugerirse a través deunos pocos
elementos significativos combinados en el encuadre. La escena pertenece a los primeros segundos
del film, una breve introducción en la cual vemos a Rebecca Hall y
Jason Bateman (matrimonio en la ficción) recorrer una casa vacía
que están a punto de comprar. Ambos se muestran entusiasmados con este cómodo chalet de amplios
ventanales. Él empaña un vidrio con su aliento para dibujar un
corazón. Ella sonríe. Sólo los separa el cristal. La
transparencia. La ilusoria transparencia. Porque la mujer, en su
tenue reflejo sobre la ventana, aparece superpuesta a él, encerrada en él. Incompleta y partida. Ella está adentro, él está afuera. Pronto
descubriremos que ese corazón vaporoso no es más que una advertencia,una mancha irónica que delata toda esa opacidad que ella evitaba ver... hasta ahora.
- ¿Cómo es que vives sola? -le preguntó la mujer, y antes de darse cuenta Therese ya le había contado su vida.
Pero sin caer en aburridos detalles. En seis frases, como si le importase tan poco como una historia que hubiera leído en alguna parte. ¿Y qué importaban los hechos despues de todo? ¿Qué importaba si su madre era francesa, inglesa o húngara, o si su padre había sido un pintor irlandés o un abogado checo, si había tenido éxito o no, o si su madre la había presentado al colegio de la Orden de Santa Margarita como una criatura difícil y llorona, o como una niña de ocho años igualmente difícil y melancólica? ¿Qué importaba si había sido feliz allí? Porque en ese momento era feliz, su vida empezaba aquel día. No necesitaba padres ni pasado.
- ¿Hay algo más aburrido que la historia del pasado? -dijo Therese sonriendo.
- Quizá un futuro sin historia.
Therese no se paró a pensarlo. Era verdad. Todavía sonreía, como si acabara de aprender a sonreír y no supiera cómo parar.
Patricia Highsmith (Fragmento de su novela “Carol”)