martes, 24 de noviembre de 2015

Curso: Hijos de los Hombres (Estéticas contemporáneas) - Febrero 2016


Taller de análisis cinematográfico
Hijos de los Hombres

A cargo de Carolina Giudici

Desde el jueves 4 de febrero 
Cuatro encuentros, en el barrio de Almagro

Escribe Sergio Rocchietti en su ensayo “La sociedad del malestar”: «¿Dónde está el malestar? En nosotros y en los otros. Con nosotros y con los otros. Siempre disponible, atento. Acechando nuestro presente. (...) El malestar es una presencia inevitable, porque siempre vamos a encontrar otros que van a apelar a cualquier clase de poder para tratar de ser. De ser a expensas nuestras. De sentir que son en ese efímero instante que les da una satisfacción que no pueden encontrar de otro modo más que gritando o sojuzgando. El malestar es una presencia inevitable porque está en nosotros como una posibilidad de recordarnos todo lo que no hacemos, o lo que hacemos mal o bien; no interesa: nunca alcanza para aplacar a ese lugar psíquico llamado superyó y que es el que nos recuerda que hemos nacido y que hemos tenido padres y que hay que responder por el sentido de la vida y hacer y obedecer, y... y nunca alcanza. O no.
 
Se trata de otra cosa. Se trata de la incapacidad, o no, del individuo para generar un espacio distinto al propuesto. Se trata de la incapacidad, o no, del individuo para soportar las tensiones a que lo somete vivir en la cultura. Se trata de evitar establecer las relaciones con otro, siempre desde el viejo esquema, conocido por demás, del "amo y el esclavo".»


Se trata de pensar. Se trata de mirar, escuchar, conversar, discutir, volver a mirar, hacia adentro y hacia afuera. Desde el cine y con el cine. Les propongo un nuevo taller en el que vamos a analizar cuatro películas de cuatro destacados realizadores (bueno, en realidad son cinco realizadores si pensamos en los hermanos belgas) del cine contemporáneo, todos ellos con estéticas diferentes pero con inquietudes curiosamente similares. Urgentes. 


En cada encuentro vamos a recorrer la película y comentar los rasgos de estilo de cada una de estas miradas, siempre atentos a la profundización en conceptos teóricos del cine que nos permitan sumar nuevas herramientas de análisis. Estos son los films:

Clase 1: Érase una vez en Anatolia, de Nuri Bilge Ceylan
(Turquía, 2011)

Clase 2: La promesa, de Jean-Pierre & Luc Dardenne
(Bélgica, 1996)
 

Clase 3: Huesos, de Pedro Costa (Portugal, 1997)

Clase 4: Niños del hombre, de Alfonso Cuarón
(Inglaterra/EE.UU., 2006)


Inicio del taller:
Jueves 4 de febrero (hasta el jueves 25)

Horario: 19 a 21 hs.

Lugar: Barrio de Almagro.

Las vacantes son limitadas y se reservan con inscripción previa.
 


*Es importante asistir a los encuentros con las películas vistas, por eso como parte del taller también ofrezco copias en dvd de las películas (consultar).  

Para más detalles por favor llamar al teléfono 4865 - 3317 (dejar nombre y número de contacto), o escribir a: datosparacaro@yahoo.com.ar

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Llega la Semana del Festival de Cannes (¡y viene Vincent Lindon!)

En unos días arranca la Semana del Festival de Cannes en Buenos Aires (hasta hace poco era la “Semana del Cine Europeo”) y ya se dieron a conocer los títulos de esta edición. Del lunes 30 de noviembre al domingo 6 de diciembre se exhibirán en la sala Gaumont La Loi du Marché, de Stéphane Brizé; Love, de Gaspar Noé; Dheepan, de Jacques Audiard; Carol, de Todd Haynes; y The Lobster, de Yorgos Lanthimos.

Uno de los invitados este año será Gaspar Noé, realizador argentino radicado en Francia, aunque probablemente en esta edición toda la atención se la lleve el gran Vincent Lindon, que vendrá a Buenos Aires para presentar el film que protagonizó, La Loi du Marché, por el cual recibió el premio al Mejor Actor en Cannes. Lindon también ofrecerá una clase magistral acompañado de Thierry Frémaux, responsable del festival más prestigioso del mundo y curador de la selección de películas que integran la Semana.

La programación es la siguiente:

Lunes 30 de noviembre 
20:00 - La loi du marché, de Stéphane Brizé (Francia, 2015)
Película de apertura, con la presencia del protagonista.
Con 51 años, después de 20 meses desempleado, Thierry vuelve a trabajar. Pero pronto se encuentra ante un dilema moral: ¿Puede aceptar cualquier cosa para conservar su empleo? 

Martes 1º de diciembre 
18:00 - Sala 2 - Entrega de auriculares para traducción simultanea (con DNI)
18:30 - Masterclass: Vincent Lindon, Thierry Frémaux y Pablo Trapero 
(Sala 2: Entrada gratuita hasta completar la sala, previo retiro de entrada en boletería)

19:30 - Pépé Le Mokó, de Julien Duvivier (Francia, 1937)
Presentada por Frémaux y Vincent Lindon (Sala 2)
Este clásico del cine francés narra la historia del peligroso gángster parisino Pépé Le Moko (Jean Gabin), que vive como fugitivo en la casbah argelina. Mientras la policía intenta detenerlo, Pépé se enamora de una bella turista, amante de un importante hombre de negocios.

21:30 - Love, de Gaspar Noé (Francia, 2015)
Presentada por Thierry Frémaux y Noé.
Primer día del año. El teléfono suena. Murphy se despierta junto a su esposa y su hijo de dos años. Escucha el mensaje, la madre de Electra, muy inquieta, le pregunta si tiene noticias de su hija que ha desaparecido desde hace tiempo. Teme que le haya sucedido algo grave. 

Miércoles 2 de diciembre 
18:30 - Master class: Gaspar Noé 
(Sala 2: Entrada gratuita hasta completar la sala, previo retiro de entrada en boletería)

20:00 - Dheepan, de Jacques Audiard (Francia, 2015) 
Ganadora de la Palma de Oro. Dheepan lucha por independencia tamil. La guerra civil está a punto de terminar en Sri Lanka y la derrota está cerca. Dheepan decide huir. Parte con una mujer y una niña a las que no conoce, con la esperanza de obtener más fácilmente asilo político en Europa. 

Jueves 3 de diciembre 
21:30 – The Lobster, de Yorgos Lanthimos (Irlanda, Gran Bretaña, Francia, Holanda, Grecia, 2015)
En un futuro cercano, todas las personas solteras son detenidas, transferidas al Hotel y tienen 45 días para encontrar a su alma gemela. Pasado este plazo, la persona será transformada en el animal de su elección. Otra rareza del original director de Dogtooth. 

Viernes 4 de diciembre 
20:00 – Carol, de Todd Haynes (Gran Bretaña, EEUU., 2015)
En la Nueva York los años cincuenta, una joven empleada de una gran tienda de Manhattan, conoce a una clienta distinguida, Carol, una mujer prisionera de un matrimonio infeliz. Las dos mujeres deberán enfrentar las convenciones y la atracción que sienten mutuamente. 

Sábado 5 de diciembre 
20:00 - The Lobster, de Yorgos Lanthimos 

Domingo 6 de diciembre 
20:00 – Dheepan, de Jacques Audiard

Las funciones se realizan en la sala Gaumont (Av. Rivadavia 1635). La entrada general tiene un costo de 8 pesos (4 pesos para estudiantes y jubilados). Si bien aún no hay precisiones sobre cómo funcionará la venta de entradas, al menos en los últimos años los tickets sólo se vendieron el mismo día de cada función.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Mar del Plata 2015 - Hugo del Carril: ternura y política


Esta tierra es mía (Argentina, 1961)
Dirección: Hugo del Carril
Sección: Clásicos nativos / Homenaje a Hugo del Carril

“El entusiasmo por aquel entonces era mucho y muy grande. Todos creíamos firmemente en el cine nacional y era, un poco, nuestra razón de vivir. Podría afirmar, sin temor a equivocarme y sin el afán de querer cantar loas a mí y toda la gente que me acompañó por aquella época, que realmente fuimos los grandes románticos del cine”.

Hugo del Carril (1)
(En una entrevista de 1977)

Estamos en Chaco, en 1929. Hambrientos de trabajo, vencidos por un calor implacable, cientos de peones con sus familias viajan en tren hacia las cosechas de algodón. Una de las primeras escenas nos sitúa adentro de un vagón de carga, en donde un chiquito le dice a su madre que ya no aguanta tanta sed. La madre, resignada, está a punto de pedirle a su hijo que espere un poco más, cuando desde el fuera de campo irrumpe una mano que le ofrece a la mujer una botella de agua. Así es cómo se introduce a Laureano Cabral (Hugo del Carril), el héroe de Esta tierra es mía. Acto seguido, él y sus pares corren desesperados a tomar agua de un río durante un alto del tren, mientras son comparados con ganado a través de un montaje metafórico sencillo y fluido (demostrando que las lecciones inaugurales de Eisenstein serían por siempre efectivas).

Toda la secuencia de apertura resulta extraordinaria en su construcción, aunque quizás lo más sorprendente sea el uso del color. Por eso
 Esta tierra es mía se convierte en un caso ideal para ejercitarnos con el artículo en el que Roger Koza propone trazar una arqueología del cine a partir de una historia física de las imágenes: “Técnica, estética, tiempo, tópico, la historia del cine es un despliegue de formas, texturas e intereses yuxtapuestos que componen un estrato en el que se acumulan los avances de la técnica, la evolución del lenguaje y el estado de la propia materia de almacenamiento de la luz”. (2) No sólo la fotografía del film se dedica desde los planos iniciales a fortificar el verde de la selva y los suntuosos rojos y naranjas de ciertas flores del lugar, sino que además el vestuario de los humildes decide refulgir con una paleta de tonos celestes, amarillos y rosados increíbles. Es como si la lucha por la emancipación ya se anunciara allí, en el color, en su agitación, un clamor visual que incita a trascender la angustia imperante. (Curiosamente, al tratarse de una película casi inaccesible hasta ahora, no circulan en Internet capturas en colores del film que permitan ilustrar este texto. Sólo hay un par de afiches y fotografías de prensa en blanco y negro). 

El personaje de Del Carril es contratado como capataz en la chacra de Don Anselmi (un excepcional Mario Soffici), un patrón solidario con sus empleados y comprometido con la tierra, uno de los tantos colonos inmigrantes que durante las primeras décadas del siglo XX poblaron el Chaco con el fin de explotar los cultivos, aunque muchos no llegaron a ser propietarios. En el film, colonos y peones se unen para enfrentar las consecuencias de la crisis mundial de 1929, cuando se acabaron los créditos y los especuladores quisieron comprar el algodón a precios ínfimos. Mientras se desarrolla el conflicto social, el relato también narra la creciente atracción entre Cabral y Gina (Nelly Meden), la hija del patrón. Lejos de ensayar un enamoramiento candoroso, la relación entre los personajes se funda en un rotundo erotismo muchas veces fomentado por la mujer, como esa tensa escena bajo el sol en donde ella descansa mientras acaricia a un mono que posa sobre su hombro.
 

Todo indica que Esta tierra es mía no fue un film aceptado por la crítica, que le reprochó al guión sus convencionalismos y el hecho de que “las dos vertientes del argumento (lo social y lo individual) tuvieran poco o ningún nexo” (3). No creo que esas líneas narrativas estén separadas, en absoluto, pues son dos dimensiones de una misma voluntad: justamente allí, en esa apuesta, en esa fusión (de clases sociales, de lo íntimo con lo colectivo, de la hipérbole con lo real), es donde se afirma la poética de Hugo Del Carril. Quizás ciertos trazos del melodrama pasional se sientan algo ampulosos, como el brioso combate por el primer beso en medio de una tormenta en la ruta, aunque cuesta creer que el realizador no fuera consciente de esto en una época en donde el género ya transitaba su ocaso. Por el contrario, el director se arroja con vehemencia a esos desbordes para defender la libertad lírica a la que la épica no debe renunciar. Por eso el relato decide ir a fondo con el personaje de Soffici y lo lleva a un acto de intransigencia radical en un clímax tan tortuoso como imponente desde lo cinematográfico. Estamos frente a uno de los últimos románticos del cine argentino. ¿En dónde depositar el sentido si no es en ese altar imaginario que sólo el arte es capaz sostener?

En la película ronda por allí un personaje que habla poco pero que se dedica a observar: la criada de la estancia (Gloria Ferrandíz), quien enseguida advierte el enganche que tiene la hija del patrón con el capataz, y no hace más que sancionar a la joven con su mirada severa. Uno sospecha que de un momento a otro esta señora va a delatar el romance o que le va a recomendar a la chica que rompa la relación. Nos preparamos entonces para el diálogo más conservador de toda la película... y resulta que no. La criada se pone a llorar, emocionadísima y a la vez preocupada porque su patroncita, a la que quiere como a una hija, está enamorada y eso podría hacerla sufrir (así como podría, con iguales chances, darle felicidad). Las mujeres se abrazan entre lágrimas y todos nuestros prejuicios se estrellan contra el suelo. Allí no había otra cosa que una histórica alianza de cariño.

Es por eso que este cineasta conmueve y moviliza. Porque Del Carril era, esencialmente, un tipo muy tierno, algo que queda confirmado definitivamente en La calesita, una de las películas más hermosas que vi en mi vida, portadora de una sabiduría social para la que todavía, sinceramente, no estamos preparados (nos falta crecer mucho, muchísimo). Como dice la psicoanalista Ana María Fernández, "hablar de ternura en estos tiempos de ferocidad no es ninguna ingenuidad. Es un concepto profundamente político. Es poner el acento en la necesidad de resistir la barbarización de los lazos sociales que atraviesa nuestros mundos". (4)

Y sí, este cine es nuestro. Está bueno recordarlo cada tanto.


Referencias: 

1 - Entrevista realizada por Guillermo Russo y Andrés Insaurralde (julio de 1977), reproducida en el libro Hugo del Carril, el compromiso y la acción, de César Maranghello, Andrés Insaurralde (comps.), editado por el Museo del Cine (Buenos Aires, 2006)
2 - Roger Koza, en el artículo "La materia y los ojos", incluido en el libro La imagen recobrada, publicado por el 30º Festival de Cine de Mar del Plata. 
3 - César Maranghello, en el volumen dedicado a Hugo del Carril en la colección Los directores del cine argentino (Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1993).
4 - Ana María Fernández, en Las lógicas sexuales: amor, política y violencia (Nueva Visión, Buenos Aires, 2009)

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Mar del Plata 2015 - El potencial de un festival de cine


Doy vueltas y vueltas y no encuentro otra forma de empezar a hablar del último Mar del Plata que no sea celebrando el trabajo fantástico –incluso en el sentido sobrenatural del término- de Fernando Martín Peña. Durante el festival él es el Hombre Ubicuo. Puede estar en diez salas a la vez. Mientras en una presenta un clásico del cine argentino, en la otra nos llena de ansiedad ante la inminencia de un film mudo ruso, luego se suma a una mesa sobre un libro que incluye un artículo suyo y al minuto siguiente su cuerpo irrumpe en otra mesa, en otro lugar, ahora para hablar sobre la preservación del patrimonio fílmico que promueve el INCAA. Bueno, claro, Peña es el director artístico del festival y es lógico que cumpla todas estas tareas, tal como lo hacen el propio José Martínez Suárez (infatigable) y los otros programadores, que todo el tiempo están de aquí para allá. Pero en Peña parece jugarse algo más (y ahora sí, hablo en serio). Su alegría sin fin es absolutamente constatable, más si se trata de anunciar una película nacional en 35mm que se creía extraviada para siempre. Porque su tesón le ganó al olvido y entonces nosotros ya no estamos allí simplemente para disfrutar o consumir un film de ayer en una sala de hoy. En cada una de sus presentaciones previas a una proyección, en pocas palabras Peña logra hacernos sentir partícipes de algo más grande, un acontecimiento esencial, una experiencia a defender, una conquista cultural innegociable, además de inspirar un profundo respeto por muchas obras inmensas del cine argentino que todavía esperan el reconocimiento que merecen.

“Hubo mucha repercusión por el famoso hallazgo del metraje de Metrópolis, pero en lo personal debo decir que nada me enorgullece más que el haber podido recuperar la obra completa como director de Hugo del Carril”, señaló Peña al presentar las dos películas de este cineasta programadas este año: La calesita y Esta tierra mía (tema de un próximo post). El proceso por el cual se llegó a reunir toda la filmografía de Del Carril aparece desarrollado en uno de los artículos que componen el volumen La imagen recobrada, la memoria del cine argentino en el festival de Mar del Plata, compilado por Daniela Kozak, uno de los mejores libros publicados por el festival en los últimos años. El libro aborda, por un lado, los problemas de la preservación audiovisual, el avance de la digitalización y los trabajos de búsqueda y restauración de material fílmico realizados en el país. Por otro lado, un ensayo del crítico Roger Koza destaca el potencial que tienen los festivales de cine, ya que hoy más que nunca representan un espacio privilegiado para que el espectador pueda descubrir y conectarse con la propia historia del medio. Volveré a citar más adelante este excelente artículo, pero por ahora quisiera compartir un fragmento que considero clave, un conjunto de ideas precisas que bien podría leerse como una declaración de principios para el espectador de hoy.

Por Roger Koza ("La materia y los ojos")

“La historia del cine es para el cinéfilo una necesidad, una urgencia, una deuda. La necesidad de mirar lo que otros han visto y anunciado después como la existencia de un tesoro constituye un camino por recorrer. Los cinéfilos emiten signos para que otros sepan que algo espera en un territorio olvidado, en un film perdido. Los rescates curatoriales saldan esa deuda y ponen a disposición una experiencia deseada que había sido negada. Pero aquí hay que distinguir un matiz: no se trata de un culto al pasado que haga de éste una fuente de legitimación, un depósito de la verdad de un arte. Frente a la farragosa proliferación de imágenes que no pertenecen ya solamente al cine, esa salida y encuentro con los muertos parece venerable. De ningún modo. El interés por el pasado del cine estriba siempre en ver si hay ahí una posibilidad para el presente, un camino a explorar. Cuando se quiere proteger una ontología de la imagen asociada a la proyección analógico, esto responde solamente a que no se desvanezca una forma de la experiencia, la cual, eventualmente, servirá para aprender a ver mejor las nuevas imágenes que pertenecen al cine del presente digitalizado”.

Todos los libros publicados por el festival están disponibles aquí para la lectura online. 

La imagen pertenece al film Arsenal (1929), de Alexander Dovzhenko. 

martes, 10 de noviembre de 2015

La mujer detrás de aquel rostro eterno


Para noviembre el museo Malba propone un atractivo doble programa dedicado a la mítica Renée María Falconetti, rostro eterno de La pasión de Juana de Arco (1928), de Carl T. Dreyer. Todos los jueves del mes podrá verse el documental ensayístico Llamas de nitrato, en el cual el realizador Mirko Stopar intenta reconstruir la evasiva y dolorosa biografía de la actriz francesa. Este film se estrenó en el último Bafici y se acaba de exhibir en el festival de Mar del Plata (escribí una reseña en este post). A continuación del documental se proyectará la obra maestra de Dreyer protagonizada por Falconetti, con música en vivo. 

Llamas de nitrato, todos los jueves de noviembre a las 21.
La pasión de Juana de Arco, todos los jueves de noviembre a las 23.


Las funciones se realizan en el Malba (Av. Figueroa Alcorta 3415). La entrada general cuesta 45 pesos (23 para estudiantes y jubilados).

martes, 3 de noviembre de 2015

Lo nuevo de Carmen Guarini, en el cine y en televisión

 
Este jueves se estrena en la sala Gaumont Walsh entre todos, un interesante documental en el que Carmen Guarini registra las actividades de una agrupación, liderada por el pintor Jorge López Perrín, que desde 2010 se dedica a honrar y celebrar la memoria a través de diversas experiencias de arte colectivo. La película fue presentada en el último Bafici y reseñada aquí.

El film también será emitido por canal Encuentro en los siguientes días y horarios:

Sábado 7 de noviembre a las 19 hs.
Domingo 8 de noviembre a las 15 hs.
Martes 10 de noviembre a las 12.30 hs.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Ya nos vamos acomodando...

 


 ...en nuestras butacas para compartir la 30º edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Nos vemos a la vuelta.