domingo, 29 de marzo de 2015
El octavo pasajero
“Dios, a pesar de sus asesinos, no ha muerto ni morirá jamás. Al menos, Dios entendido como absoluto que explica todo lo demás. Entonces, como los hombres no pueden vivir sin absolutos, como es absolutamente difícil vivir en la incerteza, es muy difícil vivir sin certezas, Dios es ese alienígena que no podemos echar de la nave, que aparece por mil y un distintos lugares. ¿Por qué? Porque la sed de los hombres es encontrar algo que dé un sentido a sus pobres días sobre la tierra.”
José Pablo Feinmann
(Fragmento del libro ¿Qué es la filosofía? Ed. Prometeo)
La imagen pertenece a la película Leviathan, dirigida por Andrei Zvyagintsev, que se estrena en unos días (vale la pena verla en sala).
viernes, 20 de marzo de 2015
Serie recomendada: Happy Valley
Ambientada
en un pueblo de Yorkshire, Inglaterra, Happy Valley tiene como
protagonista a Catherine, una mujer polícía que lucha
cotidianamente con el dolor de haber perdido a su hija adolescente.
Nueve años atrás la joven se suicidó luego de tener un bebé
producto de una violación. Lo único que Catherine quiere es
condenar al responsable, un sujeto realmente siniestro despojado
de cualquier noción de culpa. Pero las cosas son más complicadas.
Por ahí también anda rondando un contador tan torpe como resentido que fantasea con armar un secuestro para extorsionar a su jefe. Entonces
las líneas narrativas empiezan a cruzarse, con un esquema que elige
privilegiar la consistencia dramática antes que el misterio: este rasgo es
precisamente lo que marca la diferencia en Happy Valley.
En esta historia los espectadores conocemos desde el principio a todos los personajes principales, sus motivaciones y perspectivas, y esto no implica que el guión resigne suspenso ni profundidad. Hay otras series recientes que, empeñadas en preservar la intriga nuclear a toda costa, se someten a una estructura mecánica de sospechoso-descarte-nuevo sospechoso para finalmente revelar que siempre tuvimos al psicópata frente a nuestras narices y no lo vimos (un poco al viejo estilo de "el asesino es el mayordomo"). Muchas veces se apela a giros de último minuto que resultan artificiales y frustrantes, escritos con un simplismo que roza lo obsceno, como ocurre por ejemplo en Top of the Lake, en The Killing (sobre todo en su tercera temporada) y en Gracepoint (remake norteamericana de la británica Broadchurch, que no he visto). Centradas en casos que involucran a niños o adolescentes en peligro, estas series pueden presentar ganchos y personajes interesantes, pero cuando terminan no dejan mucho más que un sabor a manipulación gratuita y morbo. Lo mismo transmite The Missing, aunque aquí al menos se percibe un intento de seguir con mayor atención lo que le sucede internamente a un joven pedófilo que reconoce su enfermedad y aspira a controlarla.
Happy Valley es distinta porque no pretende impactar con sorpresas salidas bruscamente de la galera. El malo es el malo, pero no es el único motor de la violencia en este drama sobre los arrebatos de codicia y perversión de burgueses pequeños pequeños. Hay tensión, hay matices y hay subtramas que agregan densidad al contexto sin obstruir el conflicto central. No voy a extenderme en detalles porque el objetivo es recomendarla. No es perfecta pero es una de las miniseries policiales más sólidas que hoy puede ofrecer la televisión, con un personaje protagónico enaltecido por el conmovedor trabajo de la actriz Sarah Lancashire, todo un descubrimiento.
En esta historia los espectadores conocemos desde el principio a todos los personajes principales, sus motivaciones y perspectivas, y esto no implica que el guión resigne suspenso ni profundidad. Hay otras series recientes que, empeñadas en preservar la intriga nuclear a toda costa, se someten a una estructura mecánica de sospechoso-descarte-nuevo sospechoso para finalmente revelar que siempre tuvimos al psicópata frente a nuestras narices y no lo vimos (un poco al viejo estilo de "el asesino es el mayordomo"). Muchas veces se apela a giros de último minuto que resultan artificiales y frustrantes, escritos con un simplismo que roza lo obsceno, como ocurre por ejemplo en Top of the Lake, en The Killing (sobre todo en su tercera temporada) y en Gracepoint (remake norteamericana de la británica Broadchurch, que no he visto). Centradas en casos que involucran a niños o adolescentes en peligro, estas series pueden presentar ganchos y personajes interesantes, pero cuando terminan no dejan mucho más que un sabor a manipulación gratuita y morbo. Lo mismo transmite The Missing, aunque aquí al menos se percibe un intento de seguir con mayor atención lo que le sucede internamente a un joven pedófilo que reconoce su enfermedad y aspira a controlarla.
Happy Valley es distinta porque no pretende impactar con sorpresas salidas bruscamente de la galera. El malo es el malo, pero no es el único motor de la violencia en este drama sobre los arrebatos de codicia y perversión de burgueses pequeños pequeños. Hay tensión, hay matices y hay subtramas que agregan densidad al contexto sin obstruir el conflicto central. No voy a extenderme en detalles porque el objetivo es recomendarla. No es perfecta pero es una de las miniseries policiales más sólidas que hoy puede ofrecer la televisión, con un personaje protagónico enaltecido por el conmovedor trabajo de la actriz Sarah Lancashire, todo un descubrimiento.
miércoles, 18 de marzo de 2015
Se viene El 5 de Talleres
En pocos días se estrena la película
El 5 de Talleres, y el Museo del Cine ofrece la posibilidad de verla
en una función de pre-estreno. Estupendamente protagonizada por Esteban Lamothe y Julieta Zylberberg, el film narra la crisis que atraviesa "Patón"
Bonassiolle, jugador de fútbol y capitán de un equipo de la Primera
"C" metropolitana, cuando percibe que se acerca el final de su carrera deportiva. La proyección se realizará este viernes 20 de
marzo a las 20 en el auditorio del Colegio de Abogados (Av.
Corrientes 1441), con entrada gratuita.
En el último Festival Internacional de Cine de Mar de Plata conversé con Adrián Biniez, director de la película. Pueden leer la nota aquí.
En el último Festival Internacional de Cine de Mar de Plata conversé con Adrián Biniez, director de la película. Pueden leer la nota aquí.
jueves, 12 de marzo de 2015
Ahora sí: la sala Lugones reabre sus puertas
Extrañábamos este espacio. Más allá
de todos los festivales y ciclos de cine que mes a mes se organizan
en Buenos Aires, la querida sala Leopoldo Lugones representa un imán de
diversidad y calidad al que no podemos resistirnos.
Finalmente, luego de más de un año de espera y muchos reclamos a las autoridades del Gobierno de la Ciudad, la sala del décimo piso del Teatro San Martín reabre sus puertas y con ella vuelven las retrospectivas, estrenos nacionales y ciclos para el descubrimiento, la revisión y el entusiasmo permanente. El próximo miércoles la sala comienza la temporada 2015 con una infraestructura renovada, que incluye un proyector DCP (Digital Cinema Package) de última generación. (Ver actualización de este dato en el comentario del post).
La primera muestra estará dedicada a Seijun Suzuki, realizador japonés que ha convertido en director de culto, reivindicado por Quentin Tarantino y por la crítica “por la manera en que subvirtió desde adentro al rígido sistema de estudios del cine japonés, cuestionando los estereotipos y utilizando los géneros como campos de experimentación visual”, según explican los programadores en la gacetilla de prensa. Al ciclo lo componen quince películas, muchas de ellas inéditas en Argentina, que se proyectarán en copias nuevas en 35 milímetros.
Seijun Suzuki, el regreso de un rebelde.
Desde el miércoles 18 de marzo hasta el domingo 5 de abril con tres funciones diarias: 17:00, 19:30 y 22:00. La entrada tiene un valor de 25 pesos (15 pesos para estudiantes y jubilados con acreditación). El Teatro General San Martín está ubicado en Av. Corrientes 1530. Para más detalles sobre el ciclo, consultar la web del complejo.
Finalmente, luego de más de un año de espera y muchos reclamos a las autoridades del Gobierno de la Ciudad, la sala del décimo piso del Teatro San Martín reabre sus puertas y con ella vuelven las retrospectivas, estrenos nacionales y ciclos para el descubrimiento, la revisión y el entusiasmo permanente. El próximo miércoles la sala comienza la temporada 2015 con una infraestructura renovada, que incluye un proyector DCP (Digital Cinema Package) de última generación. (Ver actualización de este dato en el comentario del post).
La primera muestra estará dedicada a Seijun Suzuki, realizador japonés que ha convertido en director de culto, reivindicado por Quentin Tarantino y por la crítica “por la manera en que subvirtió desde adentro al rígido sistema de estudios del cine japonés, cuestionando los estereotipos y utilizando los géneros como campos de experimentación visual”, según explican los programadores en la gacetilla de prensa. Al ciclo lo componen quince películas, muchas de ellas inéditas en Argentina, que se proyectarán en copias nuevas en 35 milímetros.
Seijun Suzuki, el regreso de un rebelde.
Desde el miércoles 18 de marzo hasta el domingo 5 de abril con tres funciones diarias: 17:00, 19:30 y 22:00. La entrada tiene un valor de 25 pesos (15 pesos para estudiantes y jubilados con acreditación). El Teatro General San Martín está ubicado en Av. Corrientes 1530. Para más detalles sobre el ciclo, consultar la web del complejo.
lunes, 9 de marzo de 2015
Último recurso
Por Guillermo Saccomanno*
La fe es el último recurso del perdido. Todos sabemos que estamos perdidos. Citando a Lenin: somos muertos de vacaciones. Cuando hablo de la fe sé que suena raro, pero no es autoayuda, no tiene que ver con eso, no voy a transmitir una experiencia de lo que me pasó como para señalar un camino de sanación. Creo que consiste en la relación de uno con el Todo. Vinimos a este mundo vaya a saber por qué, o sin quererlo, pero si no lo vas a mejorar, no vengas a destruirlo más.
*Fragmento de una entrevista publicada en el suplemento Radar/Libros, de Página/12. Ir al artículo completo.
La imagen pertenece al film Under The Skin, dirigido por Jonathan Glayzer.
domingo, 8 de marzo de 2015
Destino
"Estoy cansado, pero quiero estar despierto
cuando llegue a Nueva York"
Spiro (Carmelo Di Mazzarelli),
en el film Lamerica, de Gianni Amelio
miércoles, 4 de marzo de 2015
Para recordar a René Lavand: este viernes
Dentro del ciclo que habitualmente organiza el Museo del Cine en el Colegio de Abogados (Av. Corrientes 1441), este viernes 6 de marzo a las 20 se proyectará El Gran Simulador, el documental de Néstor Frenkel sobre el maestro René Lavand, fallecido hace pocos días. Es una película muy disfrutable que genera una increíble cercanía con el personaje. La entrada es gratuita.
martes, 3 de marzo de 2015
Preservar la inocencia
Por Luis Ortega*
Lo importante para la película que yo quiero hacer es mantenerme al margen de mi voluntad y sin saber cómo es que se hace. No me interesa estudiar el proceso creativo porque pierdo mi inocencia y es lo único que tengo para poder seguir siendo yo. La mayoría de las veces fallé por querer hacer una película de tal manera. Cualquier manera conocida es insensata. Hay un amor que no entra en el cuerpo ni en el tiempo de vida que tenemos. Pienso que de esa incapacidad para canalizar el amor sale una película.
Lo importante para la película que yo quiero hacer es mantenerme al margen de mi voluntad y sin saber cómo es que se hace. No me interesa estudiar el proceso creativo porque pierdo mi inocencia y es lo único que tengo para poder seguir siendo yo. La mayoría de las veces fallé por querer hacer una película de tal manera. Cualquier manera conocida es insensata. Hay un amor que no entra en el cuerpo ni en el tiempo de vida que tenemos. Pienso que de esa incapacidad para canalizar el amor sale una película.
*Fragmento de un texto publicado
en la revista Las Naves
(Nº1 - Manifiestos del cine contemporáneo)
(Nº1 - Manifiestos del cine contemporáneo)
La imagen pertenece a esa película única -única de verdad- que es Caja negra, ópera prima de Luis Ortega.
lunes, 2 de marzo de 2015
El sentido claro de las cosas
Tras la caída de las hojas, volvemos
a un sentido claro de las cosas. Es como si
hubiéramos llegado a un fin de la imaginación,
inanimado en un savoir inerte.
Se hace difícil hasta elegir adjetivo
para este simple frío, esta tristeza sin motivo.
Se ha convertido la gran estructura en una casa menor.
Ningún turbante pasa por los suelos disminuidos.
Nunca al invernadero le había hecho tanta falta pintura.
La chimenea tiene cincuenta años y se inclina hacia un lado.
Ha fracasado un esfuerzo fantástico, una repetición
en una repetitividad de hombres y moscas.
Sin embargo, la ausencia de la imaginación tenía
también que ser imaginada. La gran laguna,
la claridad de su sentido, sin reflejos, hojas,
barro, agua como cristal sucio, expresando silencio
de algún tipo, silencio de una rata que se ha asomado a ver,
la gran laguna y el desperdicio de sus lirios,
todo esto tenía que ser imaginado como un saber inevitable,
requerido, como requiere una necesidad.
Wallace Stevens
En la imagen: Sueño de invierno (Kis Uykusu), film de Nuri Bilge Ceylan
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