Por Luis Buñuel*
Una cosa lamento; no saber lo que va a
pasar. Abandonar el mundo en pleno movimiento, como en medio de un
folletín. Yo creo que esta curiosidad por lo que suceda después de
la muerte no existía antaño, o existía menos, en un mundo que no
cambiaba apenas. Una confesión: pese a mi odio a la información, me
gustaría poder levantarme de entre los muertos cada diez años,
llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos. No pediría
nada más. Con mis periódicos bajo el brazo, pálido, rozando las
paredes, regresaría al cementerio y leería los desastres del mundo
antes de volverme a dormir, satisfecho, en el refugio tranquilizador
de la tumba.
*En su libro Mi último suspiro.
2 comentarios:
Una belleza!
Quisiera poder hacer eso también, cuando llegue mi hora, claro!
genio!
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