sábado, 7 de marzo de 2020
¿Cómo no amarlo?
De una entrevista a Leonardo Favio, publicada en la Revista Ñ (07/04/08).
- ¿Filmar no le devuelve ese rol de dueño del circo, de titiritero, de demiurgo, un Dios que decide quién vive o muere, si sale el sol o llueve?
- Es una ilusión, todos somos parte del circo. Lo mío es un oficio menos importante que el de un médico: si necesitas hacerte un transplante de corazón, ese será el milagro. Los únicos que le hacen la música a Dios son los que han quedado: Mozart, Miguel Ángel. Ya no se puede competir con ellos. Yo no le quiero ganar a nadie, porque aquí nadie gana o nadie pierde. Sólo podemos agradecer haber conocido un beso, hay gente que muere sin saberlo.
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1 comentario:
Encima la sencillez con que parece haberlo dicho lo hace más capo todavía
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