viernes, 17 de agosto de 2012

Azulejos



“La felicidad era diferente en la infancia. Entonces se trataba tan solo de acumular, de coleccionar cosas –nuevas experiencias, nuevas emociones- y aplicarlas como si fueran relucientes azulejos en lo que algún día sería el maravillosamente acabado pabellón del yo. Y la incredulidad, eso también era parte importante de ser feliz, me refiero a esa eufórica incapacidad de creerte del todo tu buena suerte. Ahí estaba yo de repente, con una chica en mis brazos, al menos figuradamente, haciendo lo que hacían los adultos, dándole la mano, besándola en la oscuridad, y cuando la película hubo acabado separándome de ella, aclarándome la garganta con grave cortesía, dejándola pasar primero bajo la pesada cortina que hacía de puerta para salir al sol impregnado de lluvia de la tarde de verano. Yo era yo y al mismo tiempo otro, alguien completamente distinto, alguien completamente nuevo.”

John Banville
(Fragmento de su novela El mar. Ed. Anagrama, 2006)

En la imagen: Super 8, film dirigido por J. J. Abrams.

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