Diego Peretti (el protagonista) y compañía ya grabaron todos los capítulos del ciclo. La dirección estuvo a cargo de Alejandro Maci, quien a su vez trabajó en la adaptación del guión junto a Esther Feldman. A nivel diálogos la traslación al escenario local es prácticamente textual, por eso En terapia carece de misterio para quienes tenemos muy presente el derrotero de los personajes. El único caso que exigía un cambio de perfil es el de Germán Palacios, ya que el paciente que él encarna en la versión norteamericana era un piloto militar que había estado en Irak. Curiosamente, el personaje de Alex -el soldado soberbio, íntimamente destrozado- me sigue pareciendo hasta hoy la mejor creación de toda In treatment (aunque, para ser justos, al lado de él habría que situar al inquietante Sunil, el inmigrante hindú de la emisión 2010). Con lucidez los guionistas decidieron convertir a Palacios en un policía del grupo GEOF que además tiene un pasado familiar muy imbricado con la historia del peronismo. No creo que se den grandes modificaciones en la evolución del personaje, pero de todas formas será interesante ver cómo se construye su subjetividad en el nuevo contexto.
Hay que admitir que el hecho de estar ante un programa muy querido interpretado por actores cercanos representa una experiencia totalmente inusual. Descartado el suspenso, una vez que logramos relajar la ansiedad por la novedad, el entusiasmo resurge cuando nos dejamos mecer por el idioma, que ahora es el nuestro y podemos realmente absorberlo sin mediación de los subtítulos (que están ahí, siempre, aun cuando pretendamos evitarlos). La declamación, las repeticiones, las omisiones, los fallidos tienen otra sonoridad. Las palabras cobran, necesariamente, otra dimensión, otro anclaje.
Así se expresa Gastón (Palacios), por ejemplo: “Si uno tiene ese órgano llamado ‘sentimiento de culpa’ -y yo realmente creo que es un órgano, como el hígado o el páncreas- si uno realmente tiene ese órgano mínimamente desarrollado, créame que la fuerza policial y la vida se encargan de sacárselo. Ahora, si usted por error o por alguna habilidad personal puede llegar a ocultar que lo tiene desarrollado, ahí sí, el sistema se ocupa definitivamente de extirparlo.”
La intriga ya no pasa tanto por lo que ocurrirá la semana próxima con tal o cual paciente. La intriga puede concentrarse ahora en la disección de una mirada, una frase, o incluso una sola palabra. Como el término sistema, recurrente en el discurso de Gastón: ¿a qué alude? Parece un comodín y a la vez algo muy real. Le sirve para justificarse o para refugiarse. Y al mismo tiempo le teme. Mucho. El sistema lo contiene y lo aniquila. ¿Es algo específico o es metáfora de algo universal? En fin, que de eso se trata esta terapia en castellano: de reconocernos y recrearnos al hablar.
En terapia
Dirección: Alejandro Maci
Intérpretes: Diego Peretti, Norma Aleandro, Julieta Cardinali, Germán Palacios, Ailín Salas, Leonardo Sbaraglia, Dolores Fonzi, Alejandra Flechner.
Lunes a viernes a las 22:30, por la Televisión Pública
Amy Ryan es una genia.
ResponderEliminarEstoy viendo En terapia, vi también In treatment.
Tengo problemas personales con los diálogos. No me terminan de convencer. Me parecen demasiado solemnes, poco creíbles en algunas ocasiones.
Ana,
ResponderEliminarEn los primeros capítulos de la versión local me pasó lo mismo con los diálogos, e incluso con las actuaciones: sentí que Peretti realmente imitaba el estilo Byrne. Luego, cuando el analista se suelta más al interectuar con su mujer o con su supervisoria uno se da cuenta de que su moderación es un código de trabajo con sus pacientes. Como dije, es una experiencia totalmente atípica: estamos viendo un calco de algo que ya vimos, incluso con diálogos casi idénticos. Cuando me corrí de ese eje -la comparación- empecé a disfrutar más de En terapia. Creo que la pareja de Sbaraglia y Fonzi me está gustando más que la original, aunque la mayor sorpresa me la dio una Norma Aleandro muy contenida y amena. Los diálogos de un guión nunca tienen el realismo del habla cotidiana, pero no hay que olvidar que el caso de In treatment es especial. Frente al analista uno también hace, de alguna forma, una interpretación. Al fin y al cabo, el consultorio nos invita a ser parte de una escena, ¿o no?
Saludos.
Caro, comparto cada una de tus sensaciones y pensamientos con respecto a En terapia.
ResponderEliminarMe debore las primeras dos temporadas casualmente gracias a una recomendacion por parte de las chicas en alguno de tus cursos(si no me equivoco en el del verano pasado).
In treatment me atrapo como fanatica amateur del psicoanalisis, terminaba cada episodio y creia que podia entender la actitud de cualquier persona que se me cruzara por el camino, queria que Gabriel Byrne sea mi psicoanalista, abrazar a la perturbada Mia Wasikowska o aconsejar a la vulnerable Melissa George, se convirtieron en mi escaparate de 24 minutos durante largas tardes de estudio.
Sencillamente una de mis series favoritas.
Al ver la version argentina lo primero que hice fue comparar, Peretti imitando a Byrne, los mismos dialogos, la misma ambientacion...pero inevitablemente la serie me atraia y luego de una pesima primera impresion pude separarme del lugar comun y disfrutar de esta "nueva serie", que si bien pierde el efecto sorpresa, se deja saborear mucho mas.
Me alegra que aquellos amigos a los que recomende la version estadounidense puedan tener al alcance esta obra que me resulto en muchos aspectos reveladora.
Genial el post!
¡Caro, buen día!
ResponderEliminarCoincido con vos en que el personaje de Alex es uno de los más ricos de las tres temporadas de In treatment. De hecho, esta terapia es la que más me interesa en la versión argentina, aunque también sigo las sesiones de los jueves (Sbaraglia y Fonzi me sorprendieron para bien) y viernes (Norma Aleandro resiste toda comparación con Dianne Wiest).
En cuanto a una eventual prolongación de la versión norteamericana, le tendría algo de miedito. Ante la tercera temporada, tuve la impresión de que hicieron todo el esfuerzo posible por mantener la propuesta a la altura de las dos seasons anteriores y que les faltó oxígeno para cerrar bien las historias (de ahí la sensación de final precipitado y desprolijo).
Con las ideas y los formatos que fascinan, creo que es saludable reconocer y respetar su finitud. De lo contrario, se corre el riesgo de reeditar experiencias como la de Dr. House, muy interesante al principio pero a esta altura algo decadente tras siete años de repetir una fórmula que hace tiempo se agotó.
Un abrazo.
Hola, Caro. Pregunta descolgada: ¿Conocés este festival? ¿Qué te parece? http://www.mujeresenfoco.com.ar/wp-content/uploads/2012/05/Catalogo-MEF2012.pdf
ResponderEliminarHola Laura,
ResponderEliminarCon respecto a Mujeres en Foco, onozco el festival de nombre pero nunca tuve la posibilidad de asistir. Por lo que puede verse, hay algunos largometrajes interesantes (La mosca en la ceniza, Karen llora en un bus) que han circulado por los cines y por internet; y luego hay mediometrajes y cortos dedicado a la temática propia del festival, pero no sabría darte precisiones. Es la clase de encuentro que suele tener mucho material institucional e incluso periodístico, más allá de las aspiraciones meramente estéticas.
María,
Estoy de acuerdo: el esquema de In treatment con Byrne se venía agotando y eso se sintió, pero a lo mejor se les ocurre cambiar de psicólogo y darle otro aire. Igualmente no deja de ser una especulación. Probablemente In Treatment haya llegado a su fin. Y no creo que solo sea una cuestión de formato sino de conflictos, de variables de guión. Dr. House es una serie que a mí particularmente nunca me enganchó, pero pienso en otro caso: La Ley y el Orden (por ejemplo) estuvo 20 años en el aire con un esquema narrativo muy rígido, pero nunca faltaron historias que la nutrieran.
Blanca,
No sabía que habías visto In treatment. ¡Es buenísima! Y siendo tan breves los episodios, ¿cómo no volverse adicta? Nos vemos pronto.
Gracias a todas por pasar y aportar.
Gracias por la respuesta. Un beso.
ResponderEliminarEstos experimentos de traslación de series no siempre resultan tan sencillos como pudiera parecer; me alegra comprobar, compa Caro, que, en este caso, y aun sin conocer el material (ni el originario ni el derivado), la cosa ha salido bien y ha dado buen resultado. Aquí, en España, hemos tenido dos episodios recientes que han derivado en un completo fiasco: uno fue con ‘Las chicas de oro’ y el otro con ‘Cheers’, dos series estadounidenses que aquí tuvieron un éxito prolongado y clamoroso —hace ya tiempo, eso sí—, y cuyas adaptaciones han ‘pinchado en hueso’ y no han contado con el favor ni de la crítica ni del público. Cosas que pasan…
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y buen día.