El amor comienza en el cuerpo
¿dónde termina?
Si es fantasma,
encarna en un cuerpo;
si es cuerpo,
al tocarlo se disipa.
Fatal espejo:
la imagen deseada se desvanece,
tú te ahogas en tus propios reflejos.Festín de espectros.
Aparición:
el instante tiene cuerpo y ojos,
me mira.
Al fin la vida tiene cara y nombre.
Amar:
Amar:
hacer de un alma un cuerpo,
hacer de un cuerpo un alma,
hacer un tú de una presencia.
Amar:
Amar:
abrir la puerta prohibida,
pasaje
que nos lleva al otro lado del tiempo.
Instante:
Instante:
reverso de la muerte,
nuestra frágil eternidad.
Octavio Paz
(Fragmento del poema “Carta de creencia”)
En la imagen: Shame, película de Steve McQueen, uno de los grandes estrenos del año.
Shame es una gran película. Hasta lo que va del año , una de las gratas sorpresas. Aca en Chile una cadena distribuidora la prohibió por tener un alto contenido sexual.
ResponderEliminarShame tiene un estilo madmen siglo xxi
muy bellos los arreglos en el blog
saludos leox
Hola, Leox,
ResponderEliminarEn Argentina Shame también fue censurada en una cadena de salas, Cinemark, pero esto fue una bajada de línea general que incluyó a EEUU. Una hipocresía absoluta.
Está claro que la película nos gustó a muchos, pero a la vez tiene muchos detractores y me interesa pensar por qué. A mí la estilización de McQueen no me provocó distancia ni me expulsó de la historia; al contrario, creo que sus escenas tienen un tempo elaboradísimo y muy poco usual que te va envolviendo en su ambigüedad. Tal vez lo más incómodo es percibir que no hay trama sino un crescendo de momentos de catarsis, de agobio, de abismo. Sufrí con el personaje. Sentí el peso de su soledad. Es un horror tan contundente que termina aspirando algún manierismo de estilo que te pueda molestar, como ocurría también en “Hunger”. El tratamiento del encuentro de Brandon con su compañera de trabajo me parece genial: allí hay un pivot, más interesante quizás que la relación con la hermana. Y no logro comprender muy bien por qué sería una película moralista. No veo que al personaje se lo quiera castigar por ser un sexópata o algo así. El tema es la soledad, el solipsismo, una carrera absurda hacia “algo” indefinido que terminó desconectando al ser del afecto. Y aquí parecería sumarse una culpa familiar, una espada que sólo se intuye pero que resulta terminal. McQueen podría haber tomado cualquier otra adicción para tratar esta idea de “la fuga”; evidentemente al director le interesa pensar el cuerpo. En fin, da para largo.
Gracias por pasar… ¿y vos en qué andas? Hace rato que no posteás nada. Un abrazo.