viernes, 6 de enero de 2012
De públicos y complacencias
PB: ¿Crees que la longitud de las tomas o su ángulo tiene un efecto subconciente sobre el público?
OW: Cuando se trata del cine nunca pienso en el público. Ésa es la ventaja del cine sobre el teatro... Cuando se hace una obra teatral se hace para el público; cuando se hace una película se hace para uno mismo.
PB: ¿Para complacerse a uno mismo?
OW: Bien... Resulta imposible presumir cómo estará compuesto un público: un puñado de sikhs, una banda de beduinos, una tribu de gitanos, cuatrocientas señoras de Ohio que realizan una gira turística en autobús... ¿Qué es un público? ¿Qué puede hacer uno para complacerlo? Uno no puedo dirigirse a él directamente, lo que sería inconcebible. Así que se hace una película para uno mismo.
PB: Si eso es cierto, toda la idea de un estreno previo es ridícula.
OW: Seguro.
PB: Porque para un auténtico estreno previo, habría que presentar la película previamente en cada una de las ciudades del mundo.
OW: ¿Y qué hay de los pueblos? Estoy de acuerdo en que las exhibiciones previas les dan algo de qué hablar a los productores, así que tienen cierto propósito. Pero ¿sabes?, realmente es como escribir un libro. No creo que la mayor parte de las personas que escriben libros seriamente piensen en la gente que va a comprarlos.
Fragmento del libro Ciudadano Welles (Ed. Grijalbo, Barcelona)
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1 comentario:
Genial
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