“El valor de un obra original queda ratificado a través de la copia. Las copias están mucho más expuestas a las miradas, así que sirven para dar a conocer el original a mucha más gente. Y créame que cuando alguien contempla la reproducción de
Abbas Kiarostami
¿Y el aura de la obra original? ¿qué pasa con el "aura"?
ResponderEliminarNo, no es lo mismo el instante de estar frente al original, el momento especial, personal, histórico, en que la obra cobra una significaciòn especial que ya no volverá a repetirse .....
Mercedes,
ResponderEliminarHay una cierta provocación en la afirmación de Kiarostami, desarrollada en su última (gran) película: Copie conforme.
Por supuesto que nada se compara a ese "instante único e irrepetible" que implica contemplar la obra original, pero lo cierto es que la mayoría de las personas no pueden ni podrán jamás viajar por el mundo para experimentar esa epifanía.
Es cierto que Benjamin temía por la disolución del aura, pero también pensaba que la reproductibilidad técnica conllevaba una democratización de la cultura. Ya sea ante un original o una copia (de obras de arte, pero también de ideales morales, románticos, vitales), la cuestión clave sigue radicando en lo que hacemos como espectadores frente a esos impactos.
Ser espectador o ser sujeto histórico: that's the question.
Un abrazo.
Leido en un prólogo de "Modos de ver", de John Berger "lo visible es un invento, sin duda uno de los inventos humanos más formidables. De ahi el afán de multiplicar los instrumentos de visión y ensanchar, así, sus límites "
ResponderEliminarEl aura del original está en la esencia de ser, precisamente, el origen de sus copias: esas hijas que se dispersaron (gracias a los modernos medios de reproducción) y conmovieron los ojos que las miraron....
(perdón por llegar tarde, hoy me zambulli en esta selva de tu blog!!!)
ResponderEliminarTarde pero seguro... ¡gracias, Roxy!
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