“¿No desearías a veces poder apretar el botón Delete y borrar todo lo que decís, incluso mientras lo estás diciendo?”, le dice George (Paul Rudd) a Lisa (Reese Witherspoon) luego de un comentario desafortunado. Ella lo entiende porque se siente igual de ansiosa y desorientada. Ambos están en una forzosa etapa de transición y no tienen idea de lo que vendrá. A él lo obligaron a dejar su cargo como ejecutivo, acusado de manejos turbios en la empresa en la que trabajaba y que pertenece a su padre (Jack Nicholson), que a su vez es el verdadero responsable del delito. Ella es una jugadora de softball que ya pasó la barrera de los treinta y por eso acaban de desplazarla del equipo que lideró durante años. Ambos están nerviosos, cometen torpezas, hablan de más. George no sabe cómo enfrentar a su padre; Lisa no logra definir qué le pasa con Matty (Owen Wilson), el tercero en discordia.
Si algo debemos agradecer al guión es su voluntad de esquivar la fórmula del malentendido. En lugar de fomentar los típicos enredos que brincan veloces de una acción a otra, el realizador prefiere destinar a cada situación el tiempo de expansión que merece, haciendo que los personajes atraviesen en cada caso todo el arco de incomodidades iniciales, desvíos y consecuencias (una de las cuales, claro, es enamorarse). Este ritmo particular en la evolución dramática ayuda a airear la puesta en escena y hallar sutiles espacios para la contemplación. Y aunque Brooks escribe diálogos brillantes, con varias líneas muy divertidas, lo que uno más recuerda de sus películas son los momentos en donde los personajes callan, como aquel de Mejor Imposible (As good as it gets) en el que Helen Hunt posaba desnuda para Greg Kinnear, una escena de inesperada felicidad en la cual el protagonista principal del film estaba ausente. En How do you know, de repente, el verborrágico Paul Rudd elige el silencio y la mirada atenta para confirmarle a Witherspoon lo que ella necesita: es un hombre que sabe escuchar.
Hay muchas cosas para decir sobre este film, pero voy a señalar sólo dos más. En primer lugar, los colectivos. Ni George ni Lisa poseen un auto en la ficción, y por lo tanto deben tomar el transporte público, un hecho original -para el cine de hoy, no para nosotros, los mortales- que además aporta una escena hermosa y cercana (¿quién no dejó pasar colectivos cuando quien nos acompaña en la parada es alguien a quien no queremos despedir?). Segundo, el personaje de Matty, un ídolo del baseball que no quiere compromisos pero termina enganchado con la protagonista. Al principio este personaje amenaza con ser la apoteosis de la arrogancia y la banalidad, un sujeto de un solo color que vendría a funcionar a la vez como comic relief y como polo villanesco opuesto al bueno de George. Sin embargo, para nuestra sorpresa, Matty va exhibiendo sus matices hasta conquistarnos definitivamente a fuerza de dignidad, y todo gracias a ese inmenso comediante llamado Owen Wilson, la verdadera frutilla de esta película encantadora.
Esta película actualmente puede verse en Netflix.
Esta película actualmente puede verse en Netflix.
Bueno, bueno, compa Caro, me has sorprendido con tu reseña sobre una peli que se aleja bastante del corte de las que sueles comentar habitualmente en tu blog, y que, además, valoras muy positivamente. Ésta no la he visto, pero sí tengo Mejor, imposible... como una de las comedias más interesantes de los últimos años: una historia de progresión dramática impecable y un trabajo actoral de los que no se ven habitualmente.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y hasta pronto.
Compa Manuel: por suerte, me gusta toda clase de cine. Si no reseño más películas en el blog es porque el tiempo no me alcanza. Aún tengo otras películas que vi en el BAFICI (el festival de Buenos Aires) que me gustaría comentar.
ResponderEliminarEl film de Brooks no pasó por las salas de Argentina, y todavía no se sabe si se editará en dvd. Igualmente hace tiempo que se puede conseguir en Internet. How do you know fue injustamente maltratada por la crítica norteamericana. Quizás por eso quise rescatarla. No voy a negar que la película tiene sus toques convencionales, pero incluso las situaciones más tópicas tienen un condimento inteligente (ej: la escena en la clínica, en donde la idealización de la familia se enrarece ante la aparición cínica de Nicholson). En fin, se las recomiendo a todos.
Abrazos.
Como siempre, hermosas recomendaciones
ResponderEliminarun beso grande
B.
Gracias a tu reseña vi la película que es verdaderamente encantadora. Gracias
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