Luego de una larga caminata por un campo lleno de yuyos, una adolescente y un hombre llegan a destino. Es una casa que parece abandonada, y la muchacha y su padre fueron contratados por el dueño para refaccionarla. Enseguida el espacio comienza a tensarse y los hechos se ciñen a un tic tac real, exactamente el mismo que marca nuestro segundero interno. Ahí advertimos que la cámara lleva algunos minutos sin cortar. Estamos adheridos a esa chica, Laura, que nos hará recorrer la casa con su curiosidad suicida.
Adentro todo es oscuro. El primer paso consiste en orientarse en esa negrura quebrada cada tanto por un sol de noche. Los ojos pugnan por hallar algún resquicio de nitidez en una batalla inútil, porque sólo encontramos sombras, polvo, cenizas. La boca de lobo se adivina invencible, pero aun así el desafío resulta atractivo, porque las manchas sobre la imagen surgen y se van continuamente, y la incertidumbre nos obliga a atrapar el grado cero de la luz, la base mínima desde la cual accedemos a las formas. Distinguir un rayito en el imperio de la nada: debería ser un entrenamiento cotidiano para la mirada.
Hasta que llega el primer golpe de efecto, y uno se prepara entonces para el segundo paso, que implica aceptar el pacto de género y dejarse asustar, no importa cómo ni con qué lógica. La propuesta de La casa muda indicaría que hoy el espectador de terror se sigue conformando con el ruido de unos pasos sospechosos, o una silueta que corre veloz de un cuarto a otro, o un cochecito de look tenebroso (como aquel de The Changeling, con George C. Scott, o el de la mismísima Rosemary). Y no, esas simples palancas narrativas no alcanzan. Tampoco los virtuosismos técnicos.
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2 comentarios:
No hay previsión de estreno de esta peli en España, compa Carolina, pero, vistas tus apreciaciones sobre ella (tan brillantemente escritas como de costumbre...), tampoco parece que quepan grandes lamentaciones sobre el particular...
Un fuerte abrazo y seguimos trasteando.
Hola, Manuel,
"La casa muda" es una película uruguaya realizada con poco presupuesto pero aceptable pericia técnica. Se la está promocionando como un film de "terror en tiempo real", remarcando el hecho de haber sido rodada en un único plano (en realidad hay varios momentos de negro total en donde perfectamente puede editarse un empalme). Más allá de esto, como digo en la reseña, la película falla en lo dramático y el logro técnico pasa a segundo plano.
Pero evidentemente la idea prendió a nivel comercial, porque en EEUU ya se hizo una remake que se titula "Silent house". Quizás en España se estrene algún día la versión norteamericana.
Un abrazo, Manuel, y gracias por la generosidad de siempre.
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