El país espeso
Este es un país espeso,
orinado por la lluvia.
Sobre caballos de metal
o auténticas bestias, los pobres
ni cuentan los días.
La tierra de los cañadones ásperos
los acostumbra a callar
con labios cosidos por la intemperie.
Es el viento quien lleva y trae
las almas al purgatorio
pero eso no importa
porque los hombres aquí van derecho al infierno.
Tierra en los oídos, tierra en la boca,
flores contra el piso
aplastadas por los caballos
que sus dueños tripulan
para correr a las ovejas
con la muerte como perro ladero.
Cristian Aliaga
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