Amigos, lectores, compinches:
Me voy con mi góndola a recorrer otros espacios de la ciudad. El blog permanecerá en "stand by" por unos días, hasta que termine esta raleada mudanza. Pero espero que no dejen de darse una vueltita cada tanto.
Muy pronto volveremos, volveremos, volveremos otra vez...
Caro
domingo, 20 de junio de 2010
domingo, 13 de junio de 2010
Contraelegía
Mi único tema es lo que ya no está
Y mi obsesión se llama lo perdido
Mi punzante estribillo es nunca más
Y sin embargo amo este cambio perpetuo
este variar segundo tras segundo
porque sin él lo que llamamos vida
sería de piedra.
José Emilio Pacheco
La imagen pertenece al film Solaris (1972), de Andrei Tarkovsky.
Y mi obsesión se llama lo perdido
Mi punzante estribillo es nunca más
Y sin embargo amo este cambio perpetuo
este variar segundo tras segundo
porque sin él lo que llamamos vida
sería de piedra.
José Emilio Pacheco
La imagen pertenece al film Solaris (1972), de Andrei Tarkovsky.
viernes, 11 de junio de 2010
London River, de Rachid Bouchareb
A Elizabeth (Brenda Blethyn) le gusta cantar mientras camina hacia la iglesia. Vive tranquila junto al mar, tiene una granja y cultiva un jardín. No muy lejos de ahí, en algún lugar de Francia, Ousmane (Sotigui Kouyate) se arrodilla y reza hacia la Meca. Muy pronto ambos se cruzarán en Londres, tratando de contactar a sus respectivos hijos.
La acción del film se sitúa en julio de 2005, en los días signados por las bombas que explotaron en la capital inglesa, tres en el subte y una en un colectivo. En total murieron 56 personas. Pero siempre que pienso en esos atentados sólo puedo recordar a aquel inmigrante brasileño que murió semanas después, abatido por policías del Scotland Yard que lo confundieron con un terrorista. Cuestión de piel, también conocida como racismo.
Delicadamente, London River se aleja del efectismo de las crónicas periodísticas para concentrarse en el drama individual, acopiando los pequeños gestos que definen la convivencia con los otros en el día a día. En este paisaje tan rico como caótico, Elizabeth no logra hacer pie. Nunca termina de caer. No concibe que su hija le alquile un departamento a un comerciante árabe. Recorre la ciudad desconcertada y temerosa ante la diversidad de culturas y nacionalidades. La Historia le pasó por encima mientras ella vivía refugiada en su isla. Cuando conoce al viejo Ousmane, lo primero que le nace es la sospecha.
En su reseña para la revista Variety, el crítico Jay Weissberg cuestiona el guión por apelar a "estereotipos simplistas" para tejer un mensaje políticamente correcto. Es cierto que la actriz de Secretos y mentiras se acerca a cierto perfil cerrado de "madre campesina y prejuiciosa", pero no puede decirse que el personaje de Kouyate cumpla con un canon. Ousmane luce ajeno, inescrutable por momentos. Su aspecto es tan inofensivo que los miedos de Blethyn resultan desmesurados, incluso irritantes. Del pasado del hombre sabemos poco y nada. ¿Por qué abandonó a su hijo? Queremos empatizar, pero el film no da respuestas. Ousmane llama la atención, sin duda. Es un ser deliberadamente raro, o al menos eso pensé mientras miraba la película. ¿Por qué me lo hacen tan críptico?
¿Y por qué no? ¿Por qué no tomar sin rodeos lo que la película propone? ¿Por qué reclamar un supuesto deber ser del personaje?
Caí en la trampa. Me quedé en la piel, especulando sobre la superficie, en lugar de aceptar a Ousmane tal como es. El director Rachid Bouchareb tiene que haber sido consciente de esta estrategia al elegir la intrigante máscara de Sotigui Kouyate.
La película no sólo narra la historia de dos extraños unidos por la compasión. También muestra cómo un espacio devaluado, el del culto religioso, todavía funciona como puente para quienes necesitan un oído (es gracias a los contactos en una mezquita londinense que los personajes se informan, mientras que las demás instituciones aumentan la incertidumbre). También habla de padres que nunca llegaron a conocer realmente a sus hijos, y de hijos que se juegan por otros caminos a pesar de los cercos ideológicos imperantes. London River bien podría leerse como una reverencia al espíritu de esos dos jóvenes, dignos representantes de una etapa de la historia de la humanidad con la que por ahora sólo podemos fantasear.
jueves, 10 de junio de 2010
Vietnam
Mujer, ¿cómo te llamas? -No sé.
¿Cuándo naciste, de dónde eres? -No sé.
¿Por qué cavaste esta madriguera? -No sé.
¿Desde cuándo te escondes? -No sé.
¿Por qué me mordiste el dedo cordial? -No sé.
¿Sabes que no te vamos a hacer nada? -No sé.
¿A favor de quién estás? -No sé.
Estamos en guerra, tienes que elegir. -No sé.
¿Existe todavía tu aldea? -No sé.
¿Éstos son tus hijos? -Sí.
Wislawa Szymborska
Versión de Gerardo Beltrán
La emblemática fotografía pertenece a Huynh Cong Út.
¿Cuándo naciste, de dónde eres? -No sé.
¿Por qué cavaste esta madriguera? -No sé.
¿Desde cuándo te escondes? -No sé.
¿Por qué me mordiste el dedo cordial? -No sé.
¿Sabes que no te vamos a hacer nada? -No sé.
¿A favor de quién estás? -No sé.
Estamos en guerra, tienes que elegir. -No sé.
¿Existe todavía tu aldea? -No sé.
¿Éstos son tus hijos? -Sí.
Wislawa Szymborska
Versión de Gerardo Beltrán
La emblemática fotografía pertenece a Huynh Cong Út.
lunes, 7 de junio de 2010
De la creación
Hacer
Por León Ferrari *
Hacer cosas confusas, intrincadas, escondidas, dentro de un espacio simple, como un dibujo en un rectángulo de papel, en un prisma de aire, en un cilindro; hacer cosas interiores, el contenido de un cuerpo, lo que se oculta bajo una piel, la confusión de los huesos y la sangre y los pensamientos; hacer formas puras como una verdad pero tacharla, retorcerla, matarla con otra verdad y con otra cada vez más inestable, insegura; poner un cubo brillante en un día feliz y esconderlo con los terrores, el aburrimiento y las borracheras; hacer la estratificación de nuestras sensaciones, de nuestros recuerdos, pero tomarlos en su origen y taparlos con otros días, semanas; que no se entienda nada; que no se encuentre aislada y limpia alguna miseria o algún amor o alguna forma clara, hacer este cuerpo lentamente, minuciosamente, un viejo olivo, un hormiguero, hacerlo de adentro para afuera, sumarle convicciones simples que nos parecieron eternas y enredarlas con las negaciones, y las dudas, la incomunicación. Usar cualquier material y cualquier escuela, una recta pulida, un pedazo de Altamira, un caño de plomo, una pesadilla. Empezar este trabajo cuando uno nace, clavar cuatro estacas como límites y allí todos los días ir tejiendo nuestra vida, convertirla en un volumen, sin sacar nunca nada, ninguna de esas primeras formas que nos apasionaron, geniales, y que ahora escondemos; no sacar nada, ninguna de las cosas repugnantes que pusimos ayer muy satisfechos, dejarlas allí a todas y colocar a su lado las formas maravillosas que se me están ocurriendo ahora; no tener miedo, no pensar en la unidad; hacer la no unidad, o no pensar en eso, ni siquiera plantearlo; aprovechar los cambios de nuestra sensibilidad, las idas y las vueltas desde el nacimiento a la muerte, y dejarlas allí, como si fuera hecho por otro. Como si fuera hecho por varios hombres; o mejor, hacerlo entre varios: diez o quince mujeres y hombres gesticulando y girando en torno a esta torre de Babel mientras cada uno agrega su invento, ese día de su vida, sin escuchar a nadie y enredándose con los figurativos, los concretos, los surrealistas, los informalistas y los pop, con los ingenuos y los angustiados, los felices y los moribundos, cada uno con su verdad, segura y universal tratando de meterla allí adentro, en esa Babel que todos hacen sin entenderse.
* Texto publicado en el suplemento "Radar" del diario Página/12 (03/08/08).
En la imagen: “Maniquíes”, de León Ferrari
Hacer cosas confusas, intrincadas, escondidas, dentro de un espacio simple, como un dibujo en un rectángulo de papel, en un prisma de aire, en un cilindro; hacer cosas interiores, el contenido de un cuerpo, lo que se oculta bajo una piel, la confusión de los huesos y la sangre y los pensamientos; hacer formas puras como una verdad pero tacharla, retorcerla, matarla con otra verdad y con otra cada vez más inestable, insegura; poner un cubo brillante en un día feliz y esconderlo con los terrores, el aburrimiento y las borracheras; hacer la estratificación de nuestras sensaciones, de nuestros recuerdos, pero tomarlos en su origen y taparlos con otros días, semanas; que no se entienda nada; que no se encuentre aislada y limpia alguna miseria o algún amor o alguna forma clara, hacer este cuerpo lentamente, minuciosamente, un viejo olivo, un hormiguero, hacerlo de adentro para afuera, sumarle convicciones simples que nos parecieron eternas y enredarlas con las negaciones, y las dudas, la incomunicación. Usar cualquier material y cualquier escuela, una recta pulida, un pedazo de Altamira, un caño de plomo, una pesadilla. Empezar este trabajo cuando uno nace, clavar cuatro estacas como límites y allí todos los días ir tejiendo nuestra vida, convertirla en un volumen, sin sacar nunca nada, ninguna de esas primeras formas que nos apasionaron, geniales, y que ahora escondemos; no sacar nada, ninguna de las cosas repugnantes que pusimos ayer muy satisfechos, dejarlas allí a todas y colocar a su lado las formas maravillosas que se me están ocurriendo ahora; no tener miedo, no pensar en la unidad; hacer la no unidad, o no pensar en eso, ni siquiera plantearlo; aprovechar los cambios de nuestra sensibilidad, las idas y las vueltas desde el nacimiento a la muerte, y dejarlas allí, como si fuera hecho por otro. Como si fuera hecho por varios hombres; o mejor, hacerlo entre varios: diez o quince mujeres y hombres gesticulando y girando en torno a esta torre de Babel mientras cada uno agrega su invento, ese día de su vida, sin escuchar a nadie y enredándose con los figurativos, los concretos, los surrealistas, los informalistas y los pop, con los ingenuos y los angustiados, los felices y los moribundos, cada uno con su verdad, segura y universal tratando de meterla allí adentro, en esa Babel que todos hacen sin entenderse.
* Texto publicado en el suplemento "Radar" del diario Página/12 (03/08/08).
En la imagen: “Maniquíes”, de León Ferrari
domingo, 6 de junio de 2010
sábado, 5 de junio de 2010
Tareas de fin de siglo
Hay quien trabaja para otros
con la cabeza partida
a la altura de las nalgas,
quien lo hace por placer, insaciable
con el cuerpo de la locura.
Hay quien mata para otros,
inclusive a sí mismo,
y no alcanza a tener remordimientos.
Cristian Aliaga
con la cabeza partida
a la altura de las nalgas,
quien lo hace por placer, insaciable
con el cuerpo de la locura.
Hay quien mata para otros,
inclusive a sí mismo,
y no alcanza a tener remordimientos.
Cristian Aliaga
jueves, 3 de junio de 2010
El murmullo social
En un 2010 que ya podemos calificar de excelente para el cine argentino, se estrena ahora Por tu culpa, tercera película de Anahí Berneri luego de Un año sin amor y Encarnación. No se la pierdan.
“La idea no es juzgarla, sino transitar un camino con ella. La mirada social se transforma en un murmullo, lo que dicen los demás, lo que piensan los demás de ella, pero eso queda fuera de lo que ella realmente es. De hecho, la vara con que la miden no es la de las madres de hoy. Va a la comisaría y le preguntan ‘¿Usted trabaja?, ¿Cuántas horas lo deja solos?, o el médico le pregunta ‘¿Usted los estaba mirando?’ Ese concepto de la madre omnipresente, que está al cuidado de los chicos, poniéndole el cuerpo constantemente, no es el tipo de maternidad que vive Julieta, ni muchas otras mujeres. Pero en nuestras cabezas sigue existiendo esa madre como ideal y como fantasía, tanto para hombres como para mujeres. Y para las instituciones también, es la propaganda del polvo para lavar la ropa.”
Anahí Berneri
Fragmento de una entrevista publicada en Ñ digital (02/06/10).
“La idea no es juzgarla, sino transitar un camino con ella. La mirada social se transforma en un murmullo, lo que dicen los demás, lo que piensan los demás de ella, pero eso queda fuera de lo que ella realmente es. De hecho, la vara con que la miden no es la de las madres de hoy. Va a la comisaría y le preguntan ‘¿Usted trabaja?, ¿Cuántas horas lo deja solos?, o el médico le pregunta ‘¿Usted los estaba mirando?’ Ese concepto de la madre omnipresente, que está al cuidado de los chicos, poniéndole el cuerpo constantemente, no es el tipo de maternidad que vive Julieta, ni muchas otras mujeres. Pero en nuestras cabezas sigue existiendo esa madre como ideal y como fantasía, tanto para hombres como para mujeres. Y para las instituciones también, es la propaganda del polvo para lavar la ropa.”
Anahí Berneri
Fragmento de una entrevista publicada en Ñ digital (02/06/10).
1º Festival de Cine del Oeste - Selección de cortos
Cine al Cubo Producciones, en asociación con la Organización Teatral Terrafirme, presentó el 1º Festival de Cine del Oeste, dedicado exclusivamente a cortometrajes de hasta 25 minutos de duración. Los trabajos serán recibidos hasta el 30 de junio.
Las obras deben ser de carácter ficcional y no se imponen limitaciones en su técnica ni en los temas a tratar. El viernes 27 de agosto, en el Teatro Terrafirme de Paso del Rey, se realizará la exhibición pública de los trabajos seleccionados. Quien resulte ganador tendrá la posibilidad de dirigir un nuevo cortometraje, que será producido por Cine al Cubo Producciones, editado en Dvd y exhibido en el Teatro Terrafirme.
El Festival de Cine del Oeste es una apuesta en común para que el cine de la zona crezca, ofreciendo alternativas diferentes para los vecinos y un canal donde expresarse para los cineastas del conurbano bonaerense.
El material será recibido hasta el 30 de junio del 2010 y podrá entregarse personalmente, de lunes a viernes de 18 a 20 hs. en el Teatro Terrafirme (Padre Varvello 70 – Paso del Rey – Bs. Aires). También se puede enviar por correo a Suecia 2127, Merlo, Bs. Aires. (C.P. 1722).
Las bases y condiciones pueden encontrarse en el sitio http://www.cinealcubo.com.ar/
Cine al Cubo Producciones es una productora independiente de cine que, a pesar de su reciente formación, está en constante actividad y desarrollo de iniciativas novedosas que promueven el crecimiento de la expresión cinematográfica en el oeste bonaerense. El año pasado realizó su primera exhibición anual.
La Organización Teatral Terrafirme es referente cultural en el partido de Moreno. Su amplia trayectoria, el compromiso con el desarrollo cultural y los innumerables reconocimientos recibidos por el trabajo realizado son muestra acabada de lo que esta organización representa para la vida cultural de la zona.
Las obras deben ser de carácter ficcional y no se imponen limitaciones en su técnica ni en los temas a tratar. El viernes 27 de agosto, en el Teatro Terrafirme de Paso del Rey, se realizará la exhibición pública de los trabajos seleccionados. Quien resulte ganador tendrá la posibilidad de dirigir un nuevo cortometraje, que será producido por Cine al Cubo Producciones, editado en Dvd y exhibido en el Teatro Terrafirme.
El Festival de Cine del Oeste es una apuesta en común para que el cine de la zona crezca, ofreciendo alternativas diferentes para los vecinos y un canal donde expresarse para los cineastas del conurbano bonaerense.
El material será recibido hasta el 30 de junio del 2010 y podrá entregarse personalmente, de lunes a viernes de 18 a 20 hs. en el Teatro Terrafirme (Padre Varvello 70 – Paso del Rey – Bs. Aires). También se puede enviar por correo a Suecia 2127, Merlo, Bs. Aires. (C.P. 1722).
Las bases y condiciones pueden encontrarse en el sitio http://www.cinealcubo.com.ar/
Cine al Cubo Producciones es una productora independiente de cine que, a pesar de su reciente formación, está en constante actividad y desarrollo de iniciativas novedosas que promueven el crecimiento de la expresión cinematográfica en el oeste bonaerense. El año pasado realizó su primera exhibición anual.
La Organización Teatral Terrafirme es referente cultural en el partido de Moreno. Su amplia trayectoria, el compromiso con el desarrollo cultural y los innumerables reconocimientos recibidos por el trabajo realizado son muestra acabada de lo que esta organización representa para la vida cultural de la zona.