sábado, 5 de junio de 2010

Tareas de fin de siglo

Hay quien trabaja para otros
con la cabeza partida
a la altura de las nalgas,
quien lo hace por placer, insaciable
con el cuerpo de la locura.
Hay quien mata para otros,
inclusive a sí mismo,
y no alcanza a tener remordimientos.

Cristian Aliaga

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