martes, 15 de diciembre de 2009

De visión obligatoria

Let the right one in, película sueca dirigida por Tomas Alfredson
(Se estrenó con el título Criatura de la noche).


Uno de los mejores estrenos del año. Una obra fuera de lo común que sólo puede apreciarse en una sala de las buenas. Este post es breve porque tiene un fin concreto: empujarlos al cine.

4 comentarios:

  1. No podía no estar en tu blog esta película. Desde que la vi en el BAFICI del año pasado no tengo más que elogios.

    En medio de tanto vampiro teen trucho y tantas películas anémicas, Criatura de la Noche es una bocanada de sangre fresca. El vampiro es un ser de características inmejorables para pensar lo humano y la película es una prueba de ello.

    De todos modos decir que es "una de vampiros" es un reduccionismo.

    Así que redoblo el mensaje. Y no lleven ni crucifijos ni ajos porque no sirven.

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  2. Martín,

    Es casi vergonzoso dedicarle tan pocas líneas a esta gran película. Merece mucho más, desde ya. Es la clase de película que me atraviesa de punta a punta, y me deja sin palabras.

    Pero quería al menos recordarla para que no se la pierdan en cine: sus climas, sus silencios y sorpresas necesitan de la concentración.

    En cuanto a la etiqueta ("una de vampiros") lamentablemente solo contribuye a espantar: se la recomendé a varias personas, pero al indicar de qué iba, suelo toparme con la respuesta: "No miro películas de terror, no me interesa".

    Lo genial del film es que no se parece a nada visto. Y lo fantástico no es más que la metáfora de otra cosa, muy actual y muy real.

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  3. Caro,

    Gracias por la recomendación y por instar a verla en cine. Me imagino que no seré el único que quedó prendado hace varios meses de este cuento de hadas sueco. Y confieso que ya la vi dos veces más en pantalla grande. A esta altura de la vida, que me tenga que colgar voluntariamente el mote de "fan" de un film me resulta tan nuevo como desconcertante. Pero ahí estoy, participando en foros internacionales y tratando de desentrañar junto a otros "infectados" cuál es la magia que anima a esta historia.

    Mención especial para la banda de sonido de Johan Söderqvist, que pinta paisajes internos tan gélidos como los invernales de Blackeberg. Poesía pura.

    Saludos,
    Pollux

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  4. Yo también vi esta película en el Bafici, hace ya dos años. En su momento escribí un breve comentario en mi blog algo en contra y, previsiblemente, me llovieron las críticas. No la volví a ver, pero parece que debería porque desde entonces sólo encontré elogios.

    De todos modos, me sumo a la recomendación: hay que ir a verla al cine, donde se exhibe en fílmico. Como bien decís, es una obra fuera de lo común. Y un estreno que le hace muy bien a la cartelera porteña.

    Saludos

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