El bosque estaba oscuro. Por eso las hojas suspendidas de las ramas amenazaban con un color negro, no verde. "Es mentira todo", pensé, "hasta lo que me decían del color de las hojas". Tenía tanto miedo que no sabía si avanzaba o retrocedía.
Alejandra Pizarnik
La pintura es de Franklin Álvarez Tunqui ("Orilla del bosque").
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