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Se trata de una remake del film japonés Ringu, dirigido por Hideo Nakata en 1998 y basado en una serie de novelas escritas por Koji Suzuki. En su país de origen Ringu alcanzó récords de taquilla y se volvió un fenómeno de culto que derivó en secuelas cinematográficas, programas de televisión, revistas y abultado merchandising. Tentada por el furor, la compañía Dreamworks compró los derechos y encargó la adaptación al guionista Ehren Kruger (Scream 3) y al realizador Gore Verbinski (Piratas del Caribe), dos señores cuyos citados antecedentes no eran precisamente alentadores. El papel protagónico de Naomi Watts, la maravillosa actriz de Mulholland Drive, parecía ser lo único atrayente de la La Llamada. Pero resultó una sorpresa: más allá de sus errores, el film posee una innegable capacidad para asustar.
El conflicto gira alrededor de un videocassette "maldito". Según cuenta la leyenda, la persona que mira ese video recibe inmediatamente una llamada telefónica informando que le restan siete días de vida. La periodista Rachel Keller (Watts) se interesa por el caso al sospechar que su sobrina adolescente, recién fallecida, podría haber sido víctima de la extraña maldición. Rachel encuentra el cassette y marca su propia sentencia de muerte cuando decide ver su contenido: imágenes surrealistas, incoherentes, aterradoras. Estas imágenes, otras pistas, las noticias de viejos diarios y algunas intuiciones parecen indicar que hace muchos años una mujer desapareció llevándose un terrible secreto. Y hay una niña que no quiere que ese secreto permanezca oculto.
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Siguiendo la línea de films como Sexto Sentido, Ecos Mortales y El Espinazo del Diablo, en el corazón de La Llamada habita un fantasma de carácter vindicativo, un espectro que aboga por cierta clase de justicia, en busca de testigos que fulminen la impunidad. El espanto vuelve a alojarse en esa dimensión metafísica que divide el marasmo de los vivos del vehemente mundo de los muertos sin paz. Además de perpetuar el infierno circular de los mitos urbanos, el inquietante desenlace del film propone un peculiar giro en las intenciones que tradicionalmente mueven a estos nuevos personajes-fantasmas, convirtiendo a la película en un producto distinto de los arriba mencionados. Una obra más compleja, y también más cruel.
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